Los conductores de taxis también se quejaron de la medida restrictiva de horarios que rige en Rosario. CLG dialogó con choferes y Marcelo Díaz, de Catiltar
El fin de semana comenzó a regir la restricción horaria en varias localidades del sur de Santa Fe. Todos los comercios, bares y locales deben cerrar a las 19.30 por disposición del gobierno provincial con el objetivo de reducir la circulación de personas y así evitar mayores contagios de coronavirus. La medida también estipula que los restaurantes podrán atender pedidos hasta las 22 con la modalidad take away y ofrecer el servicio de delivery hasta las 23. A pocas horas de la medida, distintos sectores de trabajadores colmaron el boulevard Oroño exigiendo que se revea el decreto. Entre los manifestantes se encontraban los taxistas, que se ven beneficiados cuando la gastronomía rosarina trabaja a pleno.
📍A través del Decreto 922/20 se establece que desde el 29 de agosto y por 14 días, quedan suspendidas todas las actividades a partir de las 19.30hs, a excepción de las farmacias de turno.
— Gobierno de Santa Fe (@GobSantaFe) August 29, 2020
En este sentido, Marcelo Díaz, referente de la Cámara de Titulares de Licencias de Taxis de Rosario (Catiltar), dialogó con CLG y contó la realidad del sector y cómo repercute el Decreto 922/20. «Veníamos mal y con esta última medida se va a reflejar más la caída de los viajes, fundamentalmente en el turno noche».
Los taxistas advierten una caída del 40% de los viajes a raíz del coronavirus y Díaz planteó que «caerá otro 30% la cantidad de viajes» debido a esta iniciativa, además de «profundizar la crisis del sector».
En este sentido, describió que alrededor de 1.000 taxistas dejaron de prestar servicios por diferentes motivos, ya sea por formar parte del factor de riesgo en pandemia o problemas en sus rodados.
Frente a esta realidad CLG salió a la calle y habló directamente con los taxistas rosarinos sobre esta medida restrictiva de las autoridades.
Los trabajadores señalaron que los conductores del turno noche se verán más afectados.
«Hubiese tirado una fase para atrás y listo… ¿de qué sirve eso?», dijo uno de los conductores cuestionando la directiva gubernamental, al mismo tiempo otro esgrimió: «No soluciona nada, la gente que se reúne a las 17.30 es la misma que se junta a las 20».
Otro, molesto, sentenció: «Es una estupidez».
Otros, más mesurados, entendieron el dictamen. «Es muy perjudicial, pero hay que tener en cuenta que es la vida de la gente», contempló un taxista ante CLG y otro agregó: «Tenemos que cuidarnos entre todos, falta más control».
«La gente se ha tomado libertades y ha dejado de cuidarse», aseveró otro conductor.
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