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Tatuajes: mitos, realidades y falta de legislación en la provincia de Santa Fe


Existen decenas de preguntas a la hora de emprender el camino hacia un tatuaje y muchas van más allá del diseño o del artista que se elige. CLG habló con especialistas. ¿Será este 2021 el año de la regulación?

Por Gonzalo Santamaría

Cada vez más personas se tatúan. En Argentina de cada 10 personas 4 se tatuaron alguna vez. ¿Por qué? ¿Está bien hacerlo? ¿Tiene riesgos? ¿Alguna vez te preguntaste si todos los tatuadores están preparados? ¿Qué nos tatuamos, cómo y en qué condiciones? ¿De dónde sale la tinta? ¿De qué está hecha? ¿Quién regula la actividad? ¿Alguien controla los materiales que se usan? ¿Y mi cuerpo? ¿Está apto? ¿Corre riesgo?

Muchas preguntas. Pero se necesitan respuestas antes de tatuarse.

En Argentina los tatuadores, y perforadores, se rigen bajo ordenanzas locales. No existe una ley nacional que regule la práctica, lo que le da a las provincias el poder de decidir sobre esto y muchas veces, al no estar en la agenda política, queda olvidada.

En Santa Fe aparece en el código de faltas un artículo que limita la edad permitida para tatuarse, pero no orienta la actividad. Algo que intentó llevar adelante el ex diputado del Frente Progresista Cívico y Social Leonardo Simoniello en 2011 en trabajo en conjunto con profesionales del sector. De todas formas sólo es recordado en la página de su impulsor. Seis años después, el senador Eduardo Rosconi, del Partido Justicialista, promovió un proyecto similar, pero con el mismo resultado. En 2019 reingresó el proyecto de parte del senador, sin embargo sólo fue aprobado por la Cámara Alta de Santa Fe. En la última década se presentaron dos proyectos de regulaciones a nivel provincial y ninguna de ellas pudo llegar a ser tal. En este 2021, la iniciativa fue presentada una vez más por Rosconi en la última sesión legislativa.

El Congreso de la Nación nunca pudo entrometerse en este tema. Sólo el proyecto de ley S-2685/10 presentado por la ex senadora, en su momento diputada por Santiago del Estero, Ada Iturrez de Cappellini intentó controlar a los tatuadores bajo la administración del Ministerio de Salud, el cual se suponía debía dictar cursos, armar un listado de productos habilitados y presentar una lista de enfermedades para informar al cliente, entre otros puntos.

Como ya se mencionó Santa Fe posee una norma en el Código de Faltas, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires también, Córdoba, Chubut y Río Negro tienen dos medidas para regular a los tatuadores y Mendoza, con tres, encabeza la lista de mayor regulación. Corrientes, Chaco, Entre Ríos, La Pampa, Misiones, La Rioja, San Juan, Catamarca, Santa Cruz y Tucumán también se ordenan. Y luego aparecen las provincias que pierden de vista tatuajes y pearcing, como la Provincia de Buenos Aires, Formosa, Jujuy, Neuquén, Salta, San Luis, Santiago del Estero y Tierra del Fuego.

Según Dalia Rasearch, agencia alemana de investigación, Argentina tiene al 43% de la población tatuada, entre otros datos. Si se divide por género, las mujeres alcanzan el 45%, mientras que los varones apenas superan el 40%.

Pero… ¿cuál es el pigmento que queda grabado en la piel de por vida? ¿Cómo resguardan la salud de las personas los tatuadores? ¿Qué recaudos hay que tomar antes y después de tatuarse?

El material que entra en contacto con la piel o con la sangre debe ser desechable y debe estar esterilizado. Asimismo, el tatuador debe desinfectarse las manos antes de comenzar a trabajar y debe tener guantes de un solo uso. Y por último, la importancia de conocer el medio que se trabaja, la piel como órgano protector y los conceptos anatómicos y de fisiología básica.

Como toda intervención en el cuerpo, tiene un protocolo para asegurar la inocuidad, además de sostener el resultado estético. Aunque una infección, luego de realizarse un tatuaje, es poco usual, este efecto secundario ataca al 5% de los tatuados y se relacionan íntegramente con el incumplimiento de las recomendaciones.

Entre las causas más comunes de infección se encuentran las bacterianas y las virales. Además, se pueden tener reacciones alérgicas a la tinta (dermatitis). La infección se produce, generalmente, al introducir gérmenes en el momento del tatuaje.

Además de las infecciones, el procedimiento podría provocar reacciones alérgicas a la tinta o al colorante, que pueden causar problemas en la piel, como sarpullidos. Otros problemas son el incremento de las probabilidades de sufrir quemaduras solares, erupciones, enrojecimiento o cicatrices.

En 2017, los científicos del Laboratorio Europeo de Radiación Sincrotrón demuestran que los pigmentos que componen la tinta de los tatuajes se mueven en el cuerpo en forma de nanopartículas hasta los ganglios linfáticos, principal actor del sistema inmunitario.

¿Quién regula todo esto?

En Santa Fe existe la Ley 11.916, del año 2001, que se incorporó al Código de Faltas y que en su artículo 130 (Ex 120 bis) afirma: “El que tatuare a menores de dieciocho años sin el consentimiento expreso de quien o quienes ejercen la patria potestad será reprimido con arresto de hasta treinta días o multa de hasta diez unidades jus” (MdR: las unidades de JUS son los honorarios del Colegio de abogado, que en junio de 2021 contabilizaba $6.916,58 pesos por unidad).

Pero lo increíble es que dicha ley no se refiere a las medidas particulares que deben tomar los tatuadores en relación a la higiene y la seguridad, tanto del cliente como de él mismo.

En el año 2011, Leonardo Simoniello ocupaba una banca en la Cámara de Diputados por el Frente Progresista Cívico y Social y formaba parte de la Comisión de Salud y fue quien intentó, mediante un proyecto de ley, regular la actividad.

En comunicación con CLG, el santafesino recordó que «los tatuadores fueron los primeros que se pusieron a disposición para regularla y para que quede claro en su momento nos pidieron agua a base de bidones porque algunos estaban en galerías y era complicado contar con el suministro potable. Logramos trabajar en conjunto».

El tatuaje de Ángel Di María tras la obtención de la Copa América - SOL 91.5

Simoniello también fue presidente del Concejo de Santa Fe y en sus años en tablas municipales logró regular la actividad en la ciudad capital. «El tatuaje no es sencillo, debe tener sus cuidados y las consecuencias pueden ser graves. No es lo mismo que te tatue una persona capacitada o que lo haga un amigo», señaló el político con orígenes en la UCR.

En sus palabras se lamentó que ese texto no llegue a buen puerto y entendió que «hay cosas que no están en la agenda de la política. Se hace difícil y mirá que estuve en una legislatura que mi partido era mayoría».

Acusó que su proyecto no llegó a ser ley porque «hay legisladores que pensaron que iba a molestar a las administraciones municipales».

Sobre el artículo que existe en la ley 11.916 fue contundente: «El Código de Falta es eso, sólo genera una sanción. Nosotros queríamos orientar la actividad».

Ideas y fotos de tatuajes delicados, sencillos y elegantes - VIX

En 2017 y 2019, el senador Eduardo Rosconi hizo lo propio para poder regular esta práctica. La Cámara a la que pertenece le dio media sanción, pero desde Diputados se mostraron resistentes a debatir el tema. Desde el sector de Rosconi le confiaron a CLG que la norma busca ponerle fin a la falta de control y sería un «granito de arena» para la Salud Pública.

En este 2021, el proyecto fue reingresado y esperan que esta vez se logre firmar en ambas cámaras. «La Salud Pública tendría que ser prioridad», manifestaron desde el grupo de legales del senador.

El proyecto copia y adapta legislaciones de otras localidades y países como Ciudad de Buenos Aires y grandes ciudades de Brasil y está pensado como una «Ley marco», es decir, que cada comuna puede agregar más puntos y condiciones a la práctica de tatuajes.

«Cuando no se emplean las precauciones necesarias y no se utiliza material estéril, se pueden introducir bacterias y virus en la sangre, incluyendo los virus de la hepatitis B y C (que pueden causar hepatitis crónica y cáncer de hígado) o el VIH o virus que causa el Sida», advierte el texto del senador que fue presentado nuevamente el 29 de julio del 2021.

En la actual presentación también se resume que «esta ley pretende establecer las normas sanitarias elementales para los oficios de tatuajes y perforaciones en el ámbito de la provincia de Santa Fe. Se trata de una ley que contempla derechos y obligaciones para ambos sujetos: tatuados y tatuadores».

Cabe recordar que en la capital santafesina en el año 2016 se conoció el caso de un adolescente de 14 años que murió tras aplicarse un piercing en la oreja que le produjo una infección avanzada. El paciente ingresó al efector en octubre de 2016 con una infección en la cadera, que luego fue generalizada. Desde la dirección del Hospital de Niños Dr. Orlando Alassia consideraron en su momento que la misma tuvo una «diseminación por sangre» muy rápida que no lograron detener.

Para 2006, en Rosario se impulsó la ordenanza Nº 8.028, firmada por el entonces concejal justicialista Arturo Gandola.

El texto rosarino manifiesta lo que comprende a un tatuaje, que los profesionales deben estar habilitados por el Departamento Ejecutivo Municipal y contar con una serie de requisitos como una recepción alejada del lugar del tatuado, superficies del área de trabajo deberán estar construidas con materiales no porosos, impermeables, de color claro y de fácil higiene o contar con un método de esterilización destinado al tratamiento de los materiales de reutilización.

Además, en su artículo 5, deja en claro cuáles son los puntos que deben cumplir en cuanto al material instrumental. Guantes de látex, agujas descartables, listado de los materiales, instrumentos y pigmentos calificados por el organismo de control de la ciudad como «aptos para la utilización en seres humanos», siendo sometidos a controles periódicos por el organismo de control en la ciudad.

Las personas que realicen las aplicaciones de tatuajes deberán aprobar un curso de capacitación higiénico-sanitaria, el cual hace hincapié en la higiene y los recaudos que deben tener los tatuadores para con el tatuaje y el cliente.

En su artículo 7 puntualiza sobre los requisitos para habilitar el local. Libreta sanitaria, calendario oficial de vacunación al día, recibir la vacuna contra la hepatitis B y antitetánica, certificado de capacitación enunciado en el artículo anterior. 

Según la ordenanza no se debe tatuar a menores de 18 años sin el consentimiento de un padre o tutor.

El Código de Falta Municipal prevé multas desde 300 a 970 pesos, aunque también puede llegar al caso de la clausura del local por 90 días o el arresto por 15 días.

¿Qué queda en el cuerpo?

La materia prima del tatuaje es sin duda la tinta. Un elemento muy importante que tenemos que tener en cuenta a la hora de realizar nuestro tatuaje. La correcta elección de la tinta es tan importante tanto como un buen diseño y un experimentado tatuador.

La tinta está compuesta por un pigmento que le da el color y una solución portadora de todos estos componentes, que puede ser: alcohol etílico, agua purificada, agua de hamamelis, listerine, propilenglicol y glicerina.

Los metales utilizados para los pigmentos de color pueden ser:

  • Negro (Niquel o Hierro): tinta china, carbón o fenol. El carbón es el más utilizado y no suele provocar reacciones alérgicas, sin embargo el fenol si puede dar reacción en algunas personas.
  • Blanco o Beige (Bario, Titanio, Plomo o Zinc): Titanio u óxido de Zinc. Son sustancias que son potencialmente alérgicas.
  • Rojo (Mercurio, Hierro o Cadmio): derivados del Mercurio. Es el que más reacciones alérgicas produce.
  • Azul (Cobre o Cromo): Aluminato de cobalto. Puede producir reacciones de hipersensibilidad.
  • Verde (Aluminio, Cobre o Plomo): Óxido y Sesquióxido de Cromo. Puede causar eczemas, picazón o comezón.
  • Purpura (Aluminio): Manganeso. Puede provocar granulomas en el tatuaje.
  • Marrón (Hierro): Ocre o Óxido de Hierro. Puede tener reacciones por la luz.
  • Amarillo (Cadmio): Sulfuro de Cadmio.