En la ciudad hay más de 60 orquestas, y hoy la pandemia impuso una pausa. "Los artistas no pudimos trabajar de lo que hacemos", indicó a CLG Martín Piñol, cantante de La 2x4 Rosarina
El conductor de un viejo programa televisivo de tango tenía como latiguillo: “Un corte, una quebrada y ya volvemos”. Así, enviaba a la tanda publicitaria. Pues bien, el tango de 2020 hizo una pausa bastante larga por la pandemia, varios de sus espacios quebraron y, tras promocionar cuantos rebusques hubo a mano, lentamente empieza a volver la actividad al sector.
Los músicos tuvieron un poco más de suerte, ya que con la temprana apertura de espacios para transmisión por streaming y el tiempo dedicado a los estudios de grabación (que, avances tecnológicos mediante, en algunos casos se trasladaron a los hogares de los propios artistas) pudieron sobrevivir, más allá de que se piense que el tango «ya pasó de moda», está más vivo que nunca y busca renacer tras el coronavirus.
«Teníamos un proyecto de gira, pero la pandemia frenó todo. Ya estamos pensando en volver. La verdad es que toda la movida cultural y artística fue para atrás, los artistas no pudimos trabajar de lo que hacemos y tuvimos que sobrevivir», indicó a CLG Martín Piñol, cantante de La 2×4 Rosarina.
Sin embargo, a pesar de las dificultades, el artista puso de relieve que «gracias al baile, el tango volvió a ser reconocido y se valora en todo el mundo». Y agregó: «Rosario es una ciudad muy interesante, con muchísimo tango y más de 60 orquestas que tienen público de todas las edades».
«Cuesta decirlo pero se le da más valor afuera que en nuestro país al tango. El artista perdió el valor acá, mientras que afuera llenábamos teatros en Moscú. Dicho esto, también en Rosario hay muy lindas milongas, todo del primer nivel», concluyó.