La Corte de Apelaciones Criminales de Texas, Estados Unidos, suspendió la ejecución de Randy Halprin. El condenado denunció que el juez que lo sentenció a muerte es antisemita, informó la agencia AP.
Este presidiario judío formó parte del grupo conocido como «Los 7 de Texas», unos convictos que escaparon de la prisión John B. Connally en diciembre de 2000, cometieron varios robos y mataron al policía Aubrey Hawkins de 11 balazos, aunque Halprin siempre sostuvo que nunca disparó.
Los abogados de este hombre, que iba a recibir la inyección letal el 10 de octubre, afirmaron que tanto colegas como amigos amigos del juez, comentaron que Vickers Cunningham realizaba frecuentes comentarios racistas durante los proceso que supervisó, en los que sentenciaron a muerte a Halprin y sus compinches.
Uno de los letrados, Tivon Schardl, considera que esta decisión indica que «la intolerancia y la parcialidad son inaceptables en el sistema penal», mientras que ni el fiscal del distrito en el condado de Dallas ni el propio Cunningham, que ahora ejerce como abogado, han comentado este hecho.
El Tribunal de Apelación devolvió el caso de Randy Halprin a la Corte de Dallas para que revise las afirmaciones de que el juez estaba predispuesto en su contra, ya que habría afirmado que «los judíos necesitan ser cerrados porque controlan todo el dinero», según difundió el diario The Dallas Morning News.
Vickers Cunningham ya afrontó acusaciones de intolerancia el año pasado, cuando se presentaba como candidato a comisionado y declaró a ese periódico que tiene un fideicomiso que recompensa a sus hijos por casarse con cristianos heterosexuales y blancos.
Randy Halprin y Patrick Murphy esperan su ejecución en el corredor de la muerte y son los únicos de Los 7 de Texas que siguen vivos: cuatro fueron ajusticiados y uno se suicidó cuando los arrestaron.