El premio Nobel se refirió al cierre de la negociación de la deuda y al futuro del país en un evento organizado por la revista Forbes
El premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz consideró este martes que, luego de la reestructuración de la deuda privada, la Argentina mantiene aun «un problema grande con la deuda del FMI y de reformas», entre los desafíos que enfrenta el país para encarar la etapa pospandemia.
Stiglitz, entrevistado en un seminario virtual organizado por la revista Forbes, elogió el desempeño del ministro de Economía, Martin Guzmán, durante la operación de la deuda y el cambio rol del FMI, y consideró que mientras la economía mundial se mantenga bajo la amenaza de la pandemia, «lo único que se puede hacer es ir paso a paso», en pos de mejorar las cosas para la etapa pospandemia.
En particular, respecto del déficit fiscal que enfrenta la Argentina, Stiglitz expresó: «El tema es más complicado de lo normal, por dos motivos. Primero, porque pasar de estar en menos diez a estar en cero ya es muy difícil. Incluso, pasar de menos diez a menos cinco es difícil; y de ahí a llegar a un número positivo es un verdadero desafío».
«A esto hay que sumarle la pandemia, que es un problema mundial. Si fuera sólo un problema de la Argentina, sería diferente pero, al ser algo mundial, afecta las exportaciones y las inversiones extranjeras; el mundo está parado», se explayó el economista.
En este marco, subrayó que aún no se sabe «cuánto va a durar la pandemia», por lo que «lo único» que se puede decir es que «se puede hacer todo lo posible, paso a paso, por mejorar las cosas» y prepararse para «lo que será el mundo pospandemia», para que, «cuando se llegue a ese mundo pospandémico, la Argentina esté sobre bases sólidas».
Respecto de la renegociación del programa de la Argentina con el Fondo, Stiglitz remarcó el cambio de perspectiva del organismo y se mostró optimista.
«Una de las cosas que demostró la última negociación es que la institución cambió; es una institución nueva. Me alegra mucho que la nueva directora del FMI (Kristalina Georgieva) se defina como la primera directora proveniente de un mercado emergente», consideró el premio Nobel.
En particular, rescató del FMI «el rol constructivo que asumieron para que las negociaciones (de la Argentina con los acreedores) se destrabaran, que apoyaran el análisis argentino de la sostenibilidad de la deuda, y que reconocieran que la austeridad nunca es una solución posible».
Asimismo, sobre Guzmán, ponderó que la Argentina haya tenido un ministro de finanzas «muy comprometido con la Argentina», y que «era experto en el mundo» en la materia de reestructuración de deuda.
Reveló, acerca de su experiencia, que Guzmán había tenido en el pasado «trato con los gobiernos» allá por 2014, en las discusiones sobre la deuda en Naciones Unidas.
«Guzmán se involucró con Naciones Unidas y se mostró muy activo en aportar para los principios de reestructuración de la deuda de los países, mantuvo trato con los gobiernos; no fue un salto de la matemática a la arena política», afirmó.
Por otro lado, Stiglitz criticó a los bonistas al señalar que, «si hubieran sido más razonables, el acuerdo podría haberse hecho hace mucho».
No obstante, señaló como ingrediente interesante el hecho de que, en proceso de negociación, la prensa «casi universalmente se mostró del lado de la Argentina» y que, «sobre el final, medios como New York Times o el medio financiero Bloomberg se mostraron fuertes en este sentido».