Esto supone un gran paso hacia la ambición de SpaceX de desarrollar un cohete totalmente reutilizable y de rápido despliegue
El cohete Starship de la empresa Space X realizó una proeza mundial después de que parte de él fuera recuperado durante su regreso a la plataforma de lanzamiento.
La mitad inferior del vehículo de la empresa del magnate Elon Musk maniobró hacia atrás junto a su torre de lanzamiento, donde quedó atrapada en un par de brazos mecánicos gigantes, como parte de su quinto vuelo de prueba.
Esto supone un gran paso hacia la ambición de SpaceX de desarrollar un cohete totalmente reutilizable y de rápido despliegue.
«Un día para los libros de historia», declararon los ingenieros de SpaceX cuando el cohete aterrizó con seguridad.
Las posibilidades de que la parte inferior del cohete, conocida como el cohete Super Heavy, fuera atrapada tan limpiamente en el primer intento parecían escasas.
Antes del lanzamiento, el equipo de SpaceX dijo que no les sorprendería que el cohete fuera dirigido a aterrizar en el Golfo de México.
Mientras el cohete Super Heavy reingresaba a la atmósfera, sus motores Raptor trabajaban para reducir su velocidad desde velocidades superiores a unos pocos miles de millas por hora.
Cuando se acercó a la torre de aterrizaje, que se encuentra a 146 m de altura, parecía casi flotar, las llamas anaranjadas envolvieron el propulsor y este encajó hábilmente en los brazos mecánicos gigantes.
La parte del cohete llamada nave, donde se almacenarán el equipo y la tripulación para futuras misiones, encendió sus propios motores después de separarse del propulsor. Aterrizó con éxito en el Océano Índico unos cuarenta minutos más tarde.
«¡La nave aterrizó exactamente en el objetivo! Se logró el segundo de los dos objetivos», escribió el CEO de SpaceX, Elon Musk, en X.
No sólo la nave aterrizó con precisión, sino que SpaceX también logró preservar parte del hardware del vehículo, lo que no esperaba.
Atrapar el cohete en lugar de hacerlo aterrizar en la plataforma de lanzamiento reduce la necesidad de contar con hardware complejo en tierra y permitirá un rápido redespliegue del vehículo en el futuro.
Elon Musk y SpaceX tienen grandes diseños que establecen que el sistema de cohetes algún día llevará humanos a la Luna, y luego a Marte, haciendo de nuestra especie «multiplanetaria».