Se estrenó la esperada secuela que llegó en 1996 y que cautivó a todos. En esta ocasión se convirtió en una mega publicidad de Warner Bros
Por Mario Luzuriaga
Hace 25 años Warner Bros decidió hacer una película que mezcle el deporte y el entretenimiento, esa película fue «Space Jam», quien fuera protagonizada por la más grande estrella del básquet mundial, Michael Jordan, y secundado por el divertido personaje Bugs Bunny. La película fue un gran éxito y se pidió una secuela que llegó este año, pero no tuvo los resultados que su predecesora.
«Space Jam: una nueva era», se centra en la actualidad, con un flashback similar al de Jordan en la primera, pero quien toma su lugar es otro grande como LeBron James. Vemos una figura paternal de James bastante autoritaria para con uno de sus hijos, que prefería diseñar videojuegos y no seguir su legado como basquetbolista.
Eso lleva a la historia principal, en la que una inteligencia artificial llamada Algo-Ritmo (Don Cheadle) se revela contra el «multiverso» de la empresa Warner Bros, secuestra al hijo del basquetbolista y lo desafía a un partido definitivo. Aquí comienza el misterio o meta mensaje que quisieron hacer con esta película.
Se empezó a jugar con algo que se viene gestando en los cómics desde el siglo pasado, algo llamado «multiverso»; esto es, diversos universos paralelos nucleados por una sola entidad, en este caso la productora Warner Bros. Lo que lograron hacer fue promocionar las franquicias principales como «Matrix»,»Game of Thrones», «Harry Potter», «Hanna Barbera» y «DC», por mencionar algunas; haciendo una presentación ante el mundo de una gran plataformas de contenido como los HBO Max, pero de manera «encubierta».
Esto hace que no funcione la película, ya que para reclutar a los personajes (que de paso decimos que quedaron muy de lado) de los Looney Tunes, que pululan por estos universos para el juego definitivo.
No hay situaciones risueñas, ni humor inteligente que solían tener estos personajes. James no aporta a la trama y se nota desde el comienzo cómo iba a terminar este filme. Ni hablar de la censura que se le hizo al personaje del zorrino Pepe Le Pew, cancelado vilmente por un bloguero que lo tildó de tener actitudes violentas para con las mujeres, sabiendo que era un enamoradizo no correspondido.
Es triste no poder reencontrarse con la magia y la inteligencia de estos simpáticos personajes, para poder vender una marca que se ve cascoteada por la competencia, que está claro que es Disney.
Calificación: Mala.