Adrián Gianangelo, hermano de Débora, fallecida en la trágica explosión del edificio de Salta 2141, desde hace 10 años se viste de Rey Mago junto a amigos para llevar una sonrisa a los más pequeños
Por Sofía Dalonse – EQC Noticias y CLG Noticias
Hace 10 años que cada 6 de enero Adrián Gianangelo y sus amigos se visten de Reyes Magos en busca de la sonrisa de los más pequeños, sobre todo de aquellos que atraviesan situaciones de vulnerabilidad, enfermedad o pobreza. Y, al mismo tiempo, con el propósito de revivir la de su hermana Débora, quien falleció en la trágica explosión del edificio de Salta 2141.
Oriundos de Arteaga, los Gianangelo focalizan cada año su energía en esta jornada solidaria para transformar todo ese dolor, que aún está intacto, en amor y empatía. Los Reyes visitan los hospitales y recorren los barrios repartiendo golosinas y juguetes.
«Hace muchos años que me junto con mis amigos y nos disfrazamos para traer a los Reyes Magos a Rosario. Este año fue especial porque tengo a mi hermano mayor viviendo en Casilda y me dijo que había una problemática puntual en un hogarcito donde los chicos están hace tiempo entusiasmados en conocer a los Reyes; sumado a que diferentes colonias de distintos clubes, hospitales y capillas también manifiestan esa necesidad. Por eso este año decidimos hacer la jornada allí, con una nueva experiencia», contó Adrián.
Según expresó, transformaron el garaje de su casa en una «cueva solidaria», donde la gente se acerca a dejar donaciones de juguetes y ropa para que puedan repartir durante esta jornada a los que menos tienen, así como a los voluntariados que integran los distintos hospitales. Durante todo el año, tanto adultos mayores como jóvenes, se suman a la propuesta solidaria, confeccionando juguetes y armando bolsitas de caramelos para el recorrido de los Reyes.
La iniciativa surgió después de la tragedia de Salta 2141 en 2013. Adrián afirmó que a Debora le encantaba esta tradición, que en Arteaga se respeta y se celebra con mucho amor: «En las noches de Reyes en Arteaga siempre íbamos a la esquina del viejo club de Arteaga a esperarlos; era toda una emociona cargar a mi hermanita en mis hombros, mirar las estrellas..todas esas vivencias del pasado las quisimos trasladar al presente para hacer una obra de bien y mantener a Debora viva en nuestros corazones», relató.
Y agregó: «Estos movimientos solidarios lo podemos hacer por el aporte de la gente que nos conoce y el grupo «Destapar el cielo», integrado por gente de Arteaga y comunidades aledañas como San José de la Esquina y Cruz Alta. Agradecemos, también, a la comuna, el club y el sacerdote de la capilla de Arteaga, así como a las autoridades de Casilda, que nos permitieron el ingreso a la ciudad y colaboraron para que se haga posible».
Al concluir, hizo extensivo el agradecimiento a la comunidad y destacó la importancia de crear lazos solidarios para fomentar un crecimiento social: «Lo seguimos haciendo porque vemos que hay mucha gente que necesita. Me tocó vivir la tragedia muy de cerca, buscando a mi hermanita y a mis amigos . Siendo un sobreviviente, en esos días sentí la solidaridad de la gente y todo el amor que nos brindaron; la idea es devolver todo ese afecto».
Y cerró: «Vemos reflejada la sonrisa de mi hermana en cada sonrisa de niños que están en la calle o internados. Es la forma de tenerla viva y presente, de demostrar que vale la pena seguir luchando. Nuestra presencia, a través de este movimiento solidario y difundiendo la palabra de justicia con un ejemplo de amor y caridad, demuestra que la amamos y que su vida nos interesa siempre».