Ante la pregunta que en el libro dice que los países más consumidores de leche más osteoporosis tienen, ¿cómo se explica esa contradicción? la autora resspondió: «Nos vendieron la idea de que la leche y los lácteos son los únicos alimentos de donde se puede extraer calcio y eso es una falacia, y si bien es perfecto para la industria, no lo es para dirigir la alimentación de miles de millones de personas. Que los lácteos puedan ser buenos en algunos pueblos con sistemas productivos respetables es una cosa, pero lo que se desarrolló alrededor de esas recomendaciones sobre lácteos son sistemas sustentables crueles, poco saludables y productos que hacen que esos lácteos vengan llenos de azúcar, repletos de aditivos y de cosas que no querríamos consumir. Por eso en otros países se recomienda no consumir más de dos porciones de lácteos por día y se impulsan formas de reemplazar el calcio. En las evaluaciones científicas se ve que donde más se consume calcio en forma de leche es donde más problemas óseos aparecen.» Siguió explicando que : «Donde se consumen lácteos industriales en exceso como los Estados Unidos hay aumento de cáncer de ovario y próstata y eso ocurre porque para garantizar ciclos de producciones excesivas las vacas reciben hormonas, entonces las personas al consumir lácteos reciben una cantidad de hormonas que no les hace bien en ninguna etapa de la vida, pero en la adultez además tiene otros perjuicios. Son debates que en la Argentina no se quieren dar porque hay una industria muy importante», terminó diciendo Barruti]]>
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Autora del libro "Mala leche"