El canciller argentino aseguró que el gobierno nacional "no buscó fotos", sino "reafirmar" la necesidad de un "Fondo Solidario Global"
El canciller Felipe Solá destacó hoy la «exitosa» intervención del presidente Alberto Fernández en la reciente cumbre de líderes del G20, donde el mandatario argentino renovó su propuesta para la creación de un pacto de solidaridad global y un fondo humanitario para enfrentar el impacto mundial por el coronavirus.
«La Cumbre de líderes del G20 fue un éxito del presidente Alberto Fernández porque hoy ya no se discute el acceso a las vacunas, ni que los bienes producidos por la investigación y el pensamiento desarrollado a raíz de la pandemia, deben ser bienes universales», remarcó Solá, al participar del primer simposio anual sobre política exterior organizado por la Sociedad Argentina de Análisis Político (SAAP), informó el Palacio San Martín en un comunicado.
Expresó que en el encuentro desarrollado el fin de semana pasado el gobierno nacional «no buscó fotos», sino «reafirmar» la necesidad de un «Fondo Solidario Global», planteado por el Presidente en la Cumbre Extraordinaria de Líderes del G20 sobre la Covid-19, que se realizó el 26 de marzo pasado.
«Hubo allí una actitud honesta que no pasa por la sumisión sino por decir lo que uno piensa, sostenerlo y verlo reproducido en el tiempo. Es una actitud que se debe valorar», completó el jefe de la Cancillería argentina.
Al disertar en el encuentro que se inició hoy y que finalizará el viernes próximo bajo la premisa de constituir un espacio para contribuir al «diseño de políticas de Estado», el canciller se refirió además a la agenda interna Mercosur, el eventual acuerdo con la UE, como así también a la Cuestión Malvinas, la integración de América Latina, y la necesidad de retornar al multilarealismo.
«No puede haber un mundo creíble sin multilateralismo, sin una OMC que sepa mediar, contener y hacer cumplir reglas, si no es la ley de la selva», sostuvo y, en ese sentido, evaluó que el «reemplazo del presidente (de Estados Unidos, Donald) Trump impulsa la idea de bajar el nivel de hostilidades y salir de la ley de la selva en todos los órdenes, especialmente en el comercial».
Acompañado por el jefe de Gabinete de la Cancillería, Guillermo Justo Chaves, Solá se refirió al cambio de la postura argentina frente al acuerdo Mercosur–UE, celebrado durante la gestión de Mauricio Macri, sin que «nunca fuera consultado ningún sector privado de la economía argentina» y sin que existiera «ningún análisis de impacto».
En ese sentido, criticó que, entonces, «sólo hubo una larga y plurianual discusión entre negociadores supuestamente entendidos y finalmente llegaron a firmar el acuerdo, que no puede cambiarse, se vota como está o no se vota, no hay modificaciones posibles».
Con todo -sostuvo- «hace un año, cuando asumimos el Gobierno, muchos deseábamos que no saliera de Europa, pero hoy creemos que puede dar una oportunidad para la modernización y la incorporación tecnológica de la economía argentina, ayudada por el Estado, ante una necesidad cada vez mayor de integración al mundo. Nuestra actitud hacia el acuerdo sería recibirlo, no negarlo, y enviarlo al parlamento para que se discuta en serio».
Respecto al Mercosur, cuya presidencia pro témpore recaerá en la Argentina el año próximo, al cumplirse 30 años del tratado de Asunción, el 26 de marzo de 1991, Solá ratificó que el Gobierno nacional continuará «trabajando por una región que no piense que la única razón para unirnos o desunirnos es qué pensamos de Venezuela y que reemplace esa idea por la enorme cantidad de tareas que tenemos de integración».
Solá reivindicó además el planteo que la Argentina hizo en abril pasado ante el Mercosur, sobre que «no había que acelerar acuerdos de libre comercio con potencias industriales como Corea, El Líbano, Singapur, Canadá e Israel, entre otros».
Recordó que «Nosotros dijimos: ‘ seguir hablando y analizando lista de productos, sí’, ‘acelerar no’, porque estábamos al comienzo de la pandemia (de coronavirus) y no sabíamos qué economía íbamos a tener».
Sostuvo que la Casa Rosada cree «en la integración», pero a partir de «identificar las dificultades que enfrenta América latina para avanzar» en esa dirección y sin «ideologizar» a la hora de relacionarse.
Aseguró que la integración posibilitará mayor «capacidad de negociación, participar de cadenas valor, exportar productos más caros y aumentar en 20 mil millones de dólares las exportaciones».
Sobre el final, Sola apuntó a quienes «piensan que luchar por Malvinas es una estupidez y que no es moderno. Nosotros decimos que el Reino Unido no puede ignorar lo que se votó hace 55 años en la Asamblea de la ONU», es decir, sentarse a negociar la soberanía de las islas.
«Hay que poner por delante de la relación con Inglaterra la cuestión Malvinas y decirles que si quieren estar cómodos con nosotros debemos hablar de eso», puntualizó.