Info General
Más noticias

Península Valdés

Sobrevivió a la caída de su avioneta y quiere fundar un instituto del quemado


Lenard Ibáñez, el único sobreviviente de la avioneta que se estrelló hace un año en Península Valdés, comenzó una campaña para que se construya en Chubut un instituto del quemado especializado en heridas complejas como las que sufrió y por las cuáles tuvo que someterse a más de 150 intervenciones.

El joven piloto, que tiene 27 años, recordó en diálogo con Télam que estuvo «desde abril hasta agosto del año pasado prácticamente dormido y luego muy sedado porque los dolores eran insoportables». Fueron, contó, más de 150 intervenciones entre operaciones e injertos.

«Tenía desde la cintura para arriba todo afectado por quemaduras, incluida la cabeza y del único lugar que me quedaba sano, que eran las piernas, me sacaban piel para hacer los injertos, de manera que en todo mi cuerpo tengo marcas», describió.

Lenard Ibáñez piloteaba un avión Pipper PA-28 Warrior matrícula LV-FKO el domingo 22 de abril del año pasado, en el que viajaban además dos amigas que lo habían contratado para realizar un sobrevuelo sobre Península Valdés. Mónica Gabriela López y Silvia Edith Acosta murieron en el acto producto del incendio de la nave. Además, viajaba Ricardo Ramón Artiles, el copiloto (55), quien falleció a los pocos días.

Lenard recién retornó a su casa en febrero y desde entonces su principal objetivo es volver a cumplir sus funciones básicas. «Tuve que aprender a tragar de nuevo, me costó mucho volver a hablar, pero de a poco voy saliendo adelante», dijo el piloto del avión que se cayó en una zona de playas próxima a Puerto Pirámides, sobre la cara norte de Península Valdés, de donde fue rescatado.

«Me llevaron primero al hospital de Pirámides y luego al de Puerto Madryn donde me estabilizaron y luego fui al instituto del quemado en Buenos Aires, gracias al cual estoy vivo a pesar de todo y es muy loco porque cuando me reencontré con los dolores que eran muy intensos era a su vez un alivio porque era el aviso de que estaba vivo», recordó.

Luego de 10 meses de internación, más la rehabilitación en su propia casa, Ibáñez comenzó con una campaña para que se construya un centro asistencial que atienda casos como el suyo o los que reportan heridas complejas. «Lo primero que estamos haciendo es organizar una fundación para lo cual estoy en pleno trámite ante la Inspección General de Justicia y luego seguir con la serie de reuniones que ya comenzamos a nivel local», revela.

Lenard aclara que «la recuperación definitiva tardará al menos dos años pero la llevo de la mejor manera, gracias a la contención familiar». El jueves de la semana próxima se cumplirá un año del aterrizaje de emergencia en la estancia «La Adela» ubicada en el área natural protegida.

Lenard logró salir del fuselaje retorcido por el golpe y el fuego y caminó siete kilómetros para pedir ayuda a unos pescadores. Tenía el 30 por ciento del cuerpo quemado y dificultades en las vías respiratorias. «Fui recuperando de a poco la memoria de lo que pasó, pero lo que sí tengo claro es que me salvó el sistema de salud y me propuse comenzar esta campaña para evitar tanto sufrimiento porque es muy difícil el traslado de un quemado como fue mi caso», explicó el sobreviviente.

El martes se reunió con el secretario de gobierno de la municipalidad de Rawson y espera en breve entrevistarse con el ministro de salud de la provincia, Adrián Pizzi. Reconoció que «es una tarea difícil la que emprendí pero si salí del infierno, volví a la vida y tengo muchos motivos para festejar y luchar, qué mejor manera que un objetivo como este».