Todo es alegría en la selección argentina de básquet tras la hazaña: derrota 80 a 66 y posterior pase a la final del Mundial. La emoción se apoderó de todos y, como no podía ser de otra manera, también invadió el cuerpo y la mente de Sergio Hernández, el padre de la criatura. “Estos chicos tienen un corazón que no les entra en el pecho”, sostuvo tras la semi.
“Ya hay que hablar de que nuestros jugadores también son de elite. Son chicos que saben jugar, que tiene carácter y que saben defender duro, tienen técnica y táctica. Hay una estructura de juego muy importante”, destacó el Oveja en declaraciones a la prensa.
“Lo más importante que hicimos, más allá de la táctica, fue creer que podíamos ganar. Luego de vencer a Serbia podía existir alguna relajación, pero eso no nos pasó. Estábamos convencidos de que podíamos llegar a la final, y así lo hicimos”, agregó.
Por último, también hubo palabras para Scola. “A veces nos mirábamos con Manu (Ginóbili), que estaba enfrente. Juntos en esta cancha los tres ganamos un bronce hace 11 años. Y Luis sigue jugando. No sólo sigue estando en la cancha, sino que fue el mejor de una semifinal de Mundial. Es increíble”.