Deportes
Opinión

Por Matías Gregorio

Serás lo que debas ser, o no serás nada


Por Matías Gregorio

Se tocó fondo. No solo eso, sino que se cavó en lo más profundo de la historia negra del fútbol argentino. De entrada, el panorama no era el mejor para el seleccionado argentino en este Mundial de Rusia. Cuatro dirigencias de AFA en muy poco tiempo, la votación que finalizó 38 a 38 sobre un total de 75 personas, cambios constantes de entrenadores y un equipo que se clasificó por la ventana gracias a los tres goles de Lionel Messi en Ecuador, sin un sistema de juego definido y con más dudas que certezas en cuanto a los nombres propios.

Así y todo, las ilusiones son ese fuego que se enciende dentro nuestro cuando comienza un Mundial. Somos Argentina. La camiseta que vistió Kempes, Maradona, Caniggia, Batistuta y cuantas glorias más. El seleccionado que porta dos títulos mundiales en sus espaldas y supo ser subcampeón en la última edición.

Sin embargo, la realidad arrebató las ilusiones. El empate frente a Islandia y la dura derrota con Croacia dejaron en claro que el fútbol a veces es muy incierto, pero otras veces no. Las consecuencias de este cóctel explosivo se vieron durante los dos primeros partidos.

Pero más allá de los condicionamientos previos, el mal arranque de Argentina brindó aún más conclusiones. Es que dentro de la cancha se vio un grupo de jugadores que no estuvo a la altura de lo que se espera en un certamen de tal envergadura.

Alejandro Sabella, en una de las pocas ocasiones que habló al público luego de la final perdida en el Mundial de Brasil 2014, contó que en la charla previa al duelo con Alemania le dijo a sus jugadores que ante todo «debían ser dignos», tanto «con ellos mismos» como así también «con sus compañeros y rivales». «Debemos ser dignos en la victoria y en la derrota», les remarcó Sabella.

Si hay algo que dejaron en claro varios futbolistas que encabezan la selección desde hace una década, es que la dignidad es un valor del que carecen. En un partido, las estrategias y tácticas planificadas pueden fallar, como no, pero hay algo que nunca debe ausentarse: la actitud. El defender la camiseta celeste y blanca. El escudo de un país que espera ser representado, al menos, con coraje y esfuerzo. ¿O acaso algún ciudadano peruano podrá poner en duda la valentía que mostró su seleccionado? Aquí no se cuestionan los resultados, sino las maneras y los caprichos.

Pero el destino de esta Copa del Mundo le dio una oportunidad más a la camada que supo quedarse en las puertas de varios trofeos. Los lamentos y reproches entre el cuerpo técnico, la dirigencia y los integrantes del plantel deben quedar en el pasado. El encuentro contra Nigeria sentará un antes y un después en la historia de nuestro fútbol. Tras largos años portando la camiseta argentina en cada convocatoria, llegó el momento de ver de que están realmente hechos estos jugadores. La última moneda será lanzada. Serás lo que debas ser, o no serás nada.