"El daño a los hogares es tan grande que reducirá el nivel de vida durante la mayor parte de la década", remarcó respecto a la crisis económica
El aislamiento dictado en prácticamente todo el mundo para contener la propagación de la pandemia de coronavirus covid-19 ha generado un impacto ampliamente negativo en la economía. El parate total de la actividad derivó en desempleo y otras consecuencias también graves. El director de inversiones de Guggenheim Investments, Scott Minerd, analizó para Sputnik cómo se seguirá una vez atravesada la pandemia.
Algunos pronósticos aseguran que Estados Unidos tendrá una recuperación en forma de V para su economía: el primer pico se dio en enero antes de que llegara el covid-19, luego comenzó la recesión actual por las medidas restrictivas, y habría un nuevo repunte cuando todo pase. Minerd considera este escenario «poco realista».
El PIB estadounidense está, actualmente, en niveles de 2014 a consecuencia de la pandemia. El experto cree que el proceso de recuperación será largo y costoso. Sus palabras toman incluso más valor después de que expertos de Harvard previeran medidas de cuarentena para 2022.
En este marco, el apoyo sin precedentes del Congreso y el sistema de Reserva Federal, están resultando primordiales. «La Reserva Federal y el Departamento del Tesoro realmente han creado un nuevo riesgo moral al socializar el riesgo de crédito. Estados Unidos nunca podrá volver al capitalismo de libre mercado como lo conocíamos antes de que se introdujera esta política», cree el experto.
Por otro lado, el desempleo está ejerciendo mucha presión de cara a una recuperación. Para finales de año, podría rondar el 30%. «El daño a los hogares es tan grande que reducirá el nivel de vida durante la mayor parte de la década», destaca el inversionista. El impacto podría ser entre tres y cinco veces mayor al de la crisis de 2008.
El especialista espera que haya una revuelta popular que ayude a reactivar la sociedad y la economía cuando finalice la pandemia: la estabilización de la economía, los problemas de salud y el empleo serán los grandes problemas de los norteamericanos una vez que todo acabe. De ahí, no se descarta que se introduzca un nivel mínimo de subsistencia garantizado.