El informe indica que unos 3.800 murieron por la enfermedad en 45 naciones
Más de 527.000 presos se contagiaron de coronavirus en 122 países y unos 3.800 murieron por la enfermedad en 45 naciones, según estimaciones de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD, por sus siglas en inglés) dadas a conocer por el experto en reforma penitenciaria Philipp Meissner.
«Los sistemas penitenciarios y los más de once millones de presos que hay en el mundo se han visto golpeados de manera desproporcionada por la pandemia», advirtió Meissner durante el XIV Congreso de la ONU sobre Prevención del Delito y Justicia Penal para debatir el impacto de la Covid-19 en los entornos penitenciarios, que se celebra esta semana en la ciudad japonesa de Kioto.
Para peor, el alemán Meissner alertó que dada la «capacidad de prueba limitada en muchas jurisdicciones y la situación en rápida evolución», el número real de presos contagiados «puede ser mucho mayor».
«También debe reconocerse que debido a su interacción cercana y regular con los reclusos, los funcionarios de prisiones, los profesionales de la salud y otras personas que trabajan en las prisiones también enfrentan un mayor riesgo de infección. Sin duda, las cárceles son entornos de alto riesgo de Covid-19 para quienes viven y trabajan allí», insistió, según la agencia de noticias Europa Press.
El experto reseñó que incluso los sistemas penales con “recursos relativamente buenos” se enfrentan a “serios desafíos para mitigar el impacto de la pandemia en las prisiones».
En la misma línea, evaluó que las consecuencias son particularmente graves en los sistemas penitenciarios “sobrecargados por razones que incluyen la negligencia sistémica, la falta de personal y otros recursos”, lo que generó “condiciones carcelarias malas o insuficientes en los servicios de saneamiento, higiene y salud».
De la misma forma, advirtió que el hacinamiento en las cárceles, que continúa afectando a «la mayoría de los países», aumenta «exponencialmente los desafíos planteados por la Covid-19 y la viabilidad real de introducir medidas significativas de prevención y control de infecciones».
Sobre las dificultades para combatir la pandemia en penales y cárceles, el especialista de la ONU lamentó que «muchas prisiones no tienen suficiente espacio, alimentación y agua potable, acceso a artículos e instalaciones sanitarias decentes, ni ventilación adecuada en el alojamiento y las áreas de trabajo».
«Además, el acceso a equipos de protección personal, termómetros infrarrojos o capacidades de prueba específicas de Covid constituye un desafío. Estos factores son más graves dado el perfil de salud típicamente más débil de la población carcelaria, que a menudo registra mayor incidencia de enfermedades transmisibles y no transmisibles», indicó Meissner.
Para el funcionario, «los disturbios en las cárceles y otros incidentes de seguridad en cerca de 50 países han demostrado la importancia de dar información transparente sobre el coronavirus y, en la medida de lo posible, con la participación de los presos».
En cualquier caso, cuestionó que las medidas adoptadas en muchos países «han endurecido los regímenes penitenciarios», con decisiones como suspender las visitas y el acceso a programas de rehabilitación.