Los avances de la ciencia, registrados desde principios de este siglo, que extendieron la esperanza de vida de los seres humanos en un promedio de 5,5 años podrían retroceder por la pandemia
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló hoy que los avances de la ciencia registrados desde principios de este siglo que extendieron la esperanza de vida de los seres humanos en un promedio de 5,5 años podrían retroceder por la pandemia del coronavirus.
«La gente tiene vidas más largas y saludables, lo malo es que el progreso es demasiado lento para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible y que se retrocederá con la Covid-19», señaló en un comunicado el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Además, aunque hay una clara mejora en la esperanza de vida, se mantiene la brecha entre los países desarrollados, donde la media de vida es de 80,8 años, y los que están en desarrollo, donde es de 62,7 años, según el reporte de 2016, el último que hizo el organismo sobre esperanza de vida.
En Latinoamérica, encabeza las estadísticas Costa Rica (79,6 años), seguida de Cuba (79) y Panamá (78), mientras que los países con menor esperanza de vida en la región son Bolivia (71,5 años), Guatemala (73,2) y República Dominicana (73,5), según la OMS.
La esperanza de vida de la Argentina en 2016 era de 76,9 años, 75,1 en Brasil y Colombia, 76,4 en Chile, 76,6 en México, 75,9 en Perú y 74,1 en Venezuela, de acuerdo con el informe.
Al otro lado del continente, España figura en el tercer lugar mundial, con una esperanza de vida de 83 años, sólo por detrás de los 84,2 años de Japón y los 83,3 de Suiza, informó la agencia de noticias EFE.
Pese a la gran brecha entre países ricos y pobres, ésta se ha reducido a lo largo del siglo, ya que mientras la esperanza de vida media en los países en desarrollo aumentó 11 años entre 2000 y 2016, sólo lo hizo en tres años en las naciones más desarrolladas.
Las estadísticas también muestran mejoras en el acceso de atención médica para la prevención de enfermedades como el sida, la malaria o la tuberculosis, así como en los servicios de maternidad, que redujeron a la mitad la mortalidad infantil entre 2000 y 2018, subraya el informe.
En otros indicadores la OMS advierte sobre una paralización de los progresos, por ejemplo en el área de inmunización, o en la atención de enfermedades no infecciosas, que en 2016 causaron un 70% de las muertes globales (la mayoría de ellas, un 85%, en países en desarrollo).
En este sentido, la OMS subraya que en más del 40 % de los países del planeta hay menos de 10 médicos por cada 10.000 personas, y que en un mundo donde la cobertura gratuita universal es aún una utopía, unos 1.000 millones de personas gastan al año al menos un 10% de sus ingresos en cuidados médicos.
«La pandemia ha recordado la necesidad urgente de que todos los países inviertan en sistemas sanitarios fuertes, como la mejor defensa ante brotes como el del coronavirus y otras amenazas que el mundo enfrenta cada día», concluyó Tedros.