El ex presidente catalán participó de un acto en la isla italiana de Cerdeña, donde fue detenido y luego liberado
El ex presidente catalán Carles Puigdemont se definió como «perseguido» pero aseguró que seguirá «peleando», en el primer acto público en la isla italiana de Cerdeña donde fue detenido y luego liberado, en el marco de la causa por sedición que tramita la justicia española por el referendo independentista de 2017.
«Estoy muy contento de estar aquí, de disfrutar de este evento, cultural y lingüístico», dijo el dirigente a la agencia de noticias AFP, rodeado de adeptos en las calles de la casco viejo de Alguer, localidad que reúne anualmente desde hace casi cuatro décadas a personalidades políticas y culturales de Cataluña y Cerdeña.
«Estoy acostumbrado a ser perseguido por España pero siempre termina igual. Estoy libre y seguiré peleando», agregó.
Puigdemont, de 58 años, fue detenido el jueves por la noche a su llegada al aeropuerto de Alguer, donde preveía participar en un evento cultural en la localidad, que mantuvo una fuerte impronta catalana desde los tiempos en que perteneció a la Corona de Aragón.
Ayer fue liberado y tiene que comparecer ante la justicia italiana el 4 de octubre en una audiencia que girará en torno a su pedido de extradición formulado por España. Pero mientras tanto, puede abandonar libremente la isla y el país.
El líder independentista podría salir de Cerdeña el domingo tras una reunión con responsables políticos de la isla y volver a Bélgica, donde reside desde hace cuatro años.
La justicia española reclama al dirigente por sedición y malversación de fondos relacionados con el proceso fallido de independencia de 2017.
Es la tercera vez que Puigdemont es detenido desde que huyó de España, la primera en Bruselas, a su llegada, y la segunda en Alemania, en marzo de 2018, donde los tribunales tardaron casi cuatro meses en devolverle la libertad total.
El expresidente, eurodiputado desde 2019, gozó durante un tiempo de inmunidad, pero fue levantada por las instancias europeas este año. Una decisión confirmada después por el Tribunal General de la Unión Europea.
Sobre él pesa una orden de detención europea emitida por España en 2019, que, según los abogados de Puigdemont, estaba suspendida a la espera de una decisión del Parlamento europeo sobre un recurso en torno a la inmunidad del catalán.