Desde el sector aseguran que las ventas bajaron un 10% interanual y que muchos comercios ya usan ahorros o se endeudan para pagar salarios. “Si esto no cambia, van a empezar los despidos”, alertó el presidente de la Cámara de Ferreterías
La recesión sigue golpeando al entramado productivo y comercial, y las ferreterías no escapan al deterioro del consumo. Las ventas del sector registraron una caída interanual del 10% y la situación comienza a poner en jaque la continuidad laboral de miles de trabajadores, en un contexto de ausencia de políticas que estimulen la actividad.
Así lo expresó Sergio Angiulli, presidente de la Cámara de Ferreterías de la República Argentina (Cafara), en declaraciones a Radio 2, donde describió un escenario de estancamiento prolongado que atraviesa a toda la cadena de valor. “Fue un año duro para el sector. Parecía que estaba arrancando, pero después se frenó. Está todo retraído: el comercio minorista, la fabricación, la distribución y también la importación”, señaló.
Angiulli remarcó que solo en el comercio ferretero hay alrededor de 60 mil empleados en todo el país, a los que se suman miles de puestos indirectos vinculados a la industria, la logística y la construcción. “Si se resfría nuestro sector, los demás se engripan”, graficó.
En ese marco, advirtió que muchos dueños de comercios ya están recurriendo a ahorros personales o al endeudamiento para poder afrontar el pago de sueldos. “No se están cerrando masivamente los negocios, pero el primer paso es quemar ahorros o endeudarse para pagar salarios y sostener el local abierto. Si esto sigue así, vienen los despidos, y es algo a lo que nadie quiere llegar”, sostuvo.
El titular de Cafara explicó que el impacto no se limita al mostrador: albañiles, pintores, electricistas y trabajadores de la construcción también sufren la caída de la actividad. “Somos proveedores de la industria y de la construcción, y esos sectores también están muy complicados”, agregó.
Desde el sector cuestionan además la falta de herramientas para estimular el consumo, como los planes de cuotas sin interés que funcionaron en otros momentos. “Antes, con inflación de dos dígitos, había cuotas y eso movía el consumo. Hoy no las hay para productos básicos. Para comprar un perfume de 400 mil pesos hay 12 cuotas, pero para un balde de pintura no podemos ofrecer ni tres”, comparó Angiulli.
Mientras algunos rubros muestran indicadores positivos asociados a actividades extractivas como Vaca Muerta o el litio, desde las ferreterías advierten que gran parte de la economía real sigue sin señales de recuperación. Sin medidas que reactiven el consumo interno, el ajuste empieza a trasladarse al empleo y a la vida cotidiana de miles de familias.