Espectáculos

Oscars 2019

Sectas, drogas, abandono y soledad: el otro lado de las estrellas de Hollywood


Fuera de las luces de los reflectores, las celebridades son simples personas con temores y vicios que los destruyen poco a poco. Ni en el Olimpo, los dioses se libran de haber cometido pecados. A pesar del brillo de la fama, el dinero y el poder, varios los actores nominados al Oscar, estrellas de Hollywood, tuvieron que superar obstáculos para llegar a la cima, en tanto que algunos continúan en la lucha. Un camino plagado de baches cuya superación demuestra la férrea determinación por convertirse en quien hoy son.

El primer paso para el cambio es la aceptación y parece que solo lo entienden algunos famosos de la pantalla grande. Esta es una lista de algunas estrellas que confesaron abiertamente sus secretos más oscuros: sectas, drogas, alcohol abandono y soledad.

Glenn Close pasó la adolescencia en una secta

Siete nominaciones parecen más que suficientes para que Close, toda una leyenda del cine, se lleve por fin a casa la primera estatuilla. Su papel en La buena esposa la ha erigido como favorita en la categoría de mejor actriz y una hipotética victoria pondría un broche de oro a una trayectoria difícilmente superable. La carrera de Close es un ejemplo de superación que se extiende hasta la propia adolescencia, que trascurrió con ella recluida en una secta religiosa. Según confesaba en una entrevista con The Hollywood Reporter en 2014, desde los 7 a los 22 años formó parte del grupo radical cristiano Moral Re-Armament al que se había unido su padre, un doctor de Harvard. “Básicamente no te permitían hacer nada, o te hacían sentir culpable por cualquier deseo antinatural”, explicó.

Las adicciones llevaron al límite a Bradley Cooper

Jackson Maine, el cantante country adicto al alcohol por el que ha recibido una nominación al Oscar al mejor actor, no solo es importante para Bradley Cooper por ser el protagonista de su primera película como director sino por su propia trayectoria vital. El protagonista de Resacón en Las Vegas sufrió una fuerte adicción a las drogas y al alcohol al comienzo de su carrera. “Si continuaba iba a sabotear toda mi vida”, aseguró el intérprete, que en una ocasión llegó a golpearse la cabeza deliberadamente y terminó ingresado en el hospital. Cooper dejó de consumir a los 29 años, coincidiendo con su salto al estrellato, y dice haberse mantenido sobrio desde entonces.

Melissa McCarthy pasó varios años en bancarrota

Hoy es una de las actrices mejor pagadas de la meca del cine, con unas ganancias anuales cercanas a los 18 millones de euros según la revista Forbes, pero los comienzos en Hollywood nunca resultan fáciles para nadie. McCarthy, nominada a mejor actriz por el filme ¿Podrás perdonarme algún día?, aseguró en una entrevista con la edición estadounidense de Glamour que cuando se mudó a Nueva York para iniciar su carrera “no tenía ni 5 dólares en el banco”. La cómica subsistió pidiéndole dinero a sus padres para alimentarse y pagar el alquiler hasta que consiguió un trabajo como coordinadora de producción. En el año 2000, con su aparición en la serie Las chicas Gilmore, su suerte cambió para siempre.

La durísima infancia de Mahershala Ali

“Sufrí una depresión durante años. Sobre mí se cernían la tristeza, la melancolía. Eso siempre ha formado parte de mi ser y es una de las cosas que me ha guiado hacia las artes”, confesó a THR Mahershala Ali.

Su madre se volvió a casar y los enfrentamientos entre Ali y su estricto padrastro no tardaron en aparecer. “No podía tener una cita, no podía salir…”, recuerda el actor. Creció en un hogar castigado por la pobreza y, como con otros tantos jóvenes afroamericanos, una beca universitaria como jugador de baloncesto significó su salida de la conflictiva comunidad. “Empecé a ver a mis primos entrando en la cárcel por robo a mano armada o por tráfico de drogas. Una amiga de mi madre era traficante, pero yo lo desconocía. Las drogas eran por aquel entonces una forma de apoyarse los unos a los otros. Ahora estamos acostumbrados a ver esas cadenas y esos cochazos, pero antes se hacía de forma discreta y como un apoyo a los ingresos”.

Robert Downey Jr. y una estrecha relación con las drogas

Un artista con un gran talento, pero lo único que sabía hacer era meterse en problemas. Fue adicto a la cocaína, a la heroína y al crack. Producto de su errático comportamiento, estuvo preso en varias oportunidades.

El actor de Iron Man confesó que su relación con las drogas comenzó cuando sólo tenía ocho años. Hoy, según el actor, se mantiene sobrio.

Lindsay Lohan

Conoció la fama cuando aún era una niña, y la presión de Hollywood llevó a Lindsay Lohan a caer en la adicción a diversas sustancias. Hoy, tras pasar por varias detenciones, arrestos domiciliarios y centros de desintoxicación, parece haberse recuperado.

Charlie Sheen

La vida llena de excesos de Charlie lo llevó a perder el trabajo, millones de dólares y a internarse en varias clínicas de desintoxicación. El actor pasó por varios centros de rehabilitación y dijo haber recurrido a las drogas «por aburrimiento».

Lady Gaga

«La droga era mi amiga. No me pasaba con otras personas. Era una manera terrible de llenar el vacío». La cantante no tuvo reparos en recordar su época más oscura, cuando era adicta a la cocaína.

Afortunadamente, supo reaccionar a tiempo y salió. «Me dije a sí misma: ‘Tú no eres una artista. Si fueses una artista estarías centrada en la música y no estarías gastando dinero en ese polvo del diablo'».

Demi Lovato

Demi Lovato confesó que no podía pasar más de 30 minutos o una hora sin consumir cocaína. Tras celebrar seis años de sobriedad en marzo pasado, la cantante de 25 años tuvo la semana pasada una recaída que casi le cuesta la vida. En muchas ocasiones la fama acarrea ciertas debilidades para muchas celebridades que parecen tenerlo todo.

Zac Efron

El actor norteamericano confesó una vez que tuvo que luchar contra su adicción hacia las drogas y el alcohol. «Bebía mucho, demasiado. Nunca es una cosa específica», indica Zac Efron en una entrevista para Hollywood Reportes en mayo del 2014. «Creo que ha cambiado mi vida. Estoy mucho más cómodo con mi propia piel. Las cosas ahora son mucho más fáciles», sentencia el actor de 30 años.