Se estrenó en Netflix "Crímenes de familia", en donde expone un retrato del mal manejo de la Justicia en dos casos muy particulares. El realizador dialogó con CLG
Por Mario Luzuriaga
Se estrenó en Netflix «Crímenes de familia» de Sebastián Schindel, una película dura en la que se refleja la violencia de género en diversos ámbitos.
El director es especialista en sacar a la luz estos temas en los que hace visible lo invisible, salvando siempre a los más desprotegidos. Lo hizo con «El patrón» y ahora lo vuelve a hacer con este filme.
Una familia acaudalada se ve puesta entre la espada y la pared por dos hechos delictivos que suceden en su ámbito: la posibilidad de que el hijo de la familia vaya preso por violencia de género; y un asesinato cometido por la mucama que trabaja para ellos.
La tensión que maneja Schindel es máxima todo el tiempo y se mueve como pez en el agua a la hora de exponer temas que no trascienden, pero para los protagonistas de la historia los marcará para siempre.
Una película hiperrecomendable, ideal para que se hable y se discutan diversas temáticas de género.
CLG dialogó con Sebastián Schindel acerca de su filme.
—¿Por qué decidiste contar esta historia?
—Siempre digo que es un «desprendimiento» de mi primer película «El patrón», porque en esa época, mientras ultimaba detalles para filmarla, estuve en contacto con abogados penalistas y presencié juicios orales y públicos. Ahí me enteré de dos casos: el primero un femicidio y el otro, un homicidio agravado por el vínculo. Esos casos me dejaron muy enganchado por las enormes tragedias humanas que se ocultaban detrás del hecho criminal. Investigué y documenté muchísimo, luego busque casos similares y ese fue el proceso para ponerme en marcha con el guión.
—Las actuaciones son magníficas, tanto la de Cecilia Roth y Miguel Ángel Solá, pero quiero hacer hincapié en el rol de la mucama. Personaje muy similar al del protagonista de «El patrón».
—Coincido totalmente en lo que decís, es lo que yo buscaba, es una especie de Hermógenes (rol que interpretaba Furriel en «El patrón) en femenino y es mucho más vulnerable porque es mujer. Es una tragedia enorme y cobra una dimensión tremenda. Cuando la empecé a trabajar y no tenía título le puse «La patrona», haciendo alusión al personaje de Cecilia Roth (risas).
—Lo notable de tu labor es que sacás a la luz temas que son invisibles y resaltás siempre al más desprotegido.
—Yo tengo una lectura respecto de la Justicia. Está la imagen que representa, que en Tribunales se puede ver, que es esta mujer con los ojos vendados, con una espada en la mano y una balanza en la otra, representando la igualdad; y no hay nada más falaz que esa igualdad. En realidad nos paramos frente a la Justicia en función de la defensa que podamos producir y eso está en directa relación con nuestra capacidad socio-económica. Entonces una familia de clase alta se defenderá con ciertas armas y una persona humilde, sin educación ni dinero, no va a tener ningún arma; seguramente será triturada, masticada, deglutida y expulsada por el sistema judicial.
—Una cuestión a valorar es la técnica que tuviste a la hora de filmar un momento clave de la película.
—Le pusimos muchísima garra y esfuerzo a la filmación de ese pasillo. Se construyó entero en una escenografía ya que en la locación no se podía realizar. Con la ayuda del director de arte lo construímos, ese baño y pasillo que no existían, se gastó gran parte del presupuesto de arte en ese pasillo (risas) y quedó maravilloso.
—Con «El patrón» hiciste un trabajo increíble en conjunto con Naciones Unidas y la Organización Internacional del Trabajo. ¿Tenés planes de hacer algo similar con esta película en materia de género?
— Claro que sí, ahora estamos dando prioridad a la difusión de la película en Netflix, pero cuenta con el auspicio desde el primer día de dos organismos de Naciones Unidas, de la Organización Internacional del Trabajo y de ONU Mujeres. Me acompañaron en el proceso de guión y rodaje de la película, también me contactaron con organismos civiles, como La casa del Encuentro, que se dedica a ayudar mujeres víctimas de violencia doméstica. Fue fundamental su ayuda y utilizaremos la película para que se concientizar y tratar la problemática y motorizar futuras políticas de género que impulsará Naciones Unidas.