Báez, ubicado en el puesto 72 del ranking mundial de la ATP, ganó luego de una hora y 20 minutos de juego para capturar su segundo título del año
El tenista argentino Sebastián Báez protagonizó una semana perfecta que le permitió consagrarse campeón del ATP 250 de Kitzbuhel, en Austria, tras imponerse este sábado con autoridad en la final sobre el local Dominic Thiem por 6-3 y 6-1.
Báez, ubicado en el puesto 72 del ranking mundial de la ATP, jugó un tenis perfecto y le ganó a Thiem (116) luego de una hora y 20 minutos de juego para capturar su segundo título del año, ya que también había sido campeón en el Córdoba Open, y el tercero de su carrera, sumado el de Estoril, Portugal, en 2022.
El tenista nacido en el partido bonaerense de San Martín hace 22 años completó una semana brillante en la que venció sucesivamente al serbio Hamad Medjenovic (147), al español Roberto Carballes Baena (64), al eslovaco Alex Molcan (120), al argentino Tomás Martín Etcheverry (34) y finalmente a Thiem, un rival que fue tercero del mundo en 2020, cuando conquistó el US Open.
El título de Báez fue el cuarto de los tenistas argentinos en el circuito durante 2023, ya que también se coronaron campeones Francisco Cerúndolo en Eastbourne, Inglaterra, y Pedro Cachín en Gstaad, Suiza.
Con su actuación en Kitzbuhel Báez ascenderá el lunes próximo hasta el casillero 42 del ranking mundial, pero lo más importante es que recuperó su mejor versión y volvió a mostrar un tenis agresivo y mucha convicción para doblegar a Thiem, quien fue alentando por el público por tratarse de uno de los mejores tenistas austríacos de la historia.
«Todos querían que ganara ‘Domi’ porque es el local y es lógico, pero tuve una gran semana, me sentí muy cómodo acá y pude jugar mi mejor tenis también en la final», comentó Báez en sus primeras declaraciones como campeón, con el trofeo entre sus manos.
El argentino ya le había ganado al austríaco en el único enfrentamiento previo, el año pasado en los cuartos de final del ATP sueco de Bastad, donde luego perdió la final con Francisco Cerúndolo.
«Estoy disfrutando mucho este momento, no todas las semanas se pueden obtener los mejores resultados en el circuito, así que quiero festejarlo junto a mi equipo de trabajo», añadió Báez, quien luego se dio un fuerte abrazo con su coach Sebastián Gutiérrez y su preparador físico Martiniano Orazi.
El argentino fue un merecido campeón porque mostró una gran actitud desde el inicio de la final, con un juego muy agresivo que le permitió tomar la primera ventaja del partido en el cuarto game cuando ajustó su devolución y quebró al austríaco (que ayudó con una doble falta), para adelantarse 3-1,
Muy rápido de piernas, Báez se acomodaba siempre para impactar mejor de derecha y así dominaba los puntos.
Estiró su ventaja a 4-1 con un buen drop que Thiem ni atinó a correr, quizá porque sentía el desgaste físico luego de la extenuante semifinal que jugó el día previo ante el serbio Laslo Djere (38), al que venció por 10-8 en el súper tie break del tercer set de un partido que se definió luego de tres horas y media.
El argentino se dio cuenta que Thiem fallaba más de la cuenta con su derecha y le propuso un partido largo de pasar varias pelotas, así lograba que se apresure y equivoque para ponerse en ventaja, no extrañó entonces que se adelantara 5-2 con un dominio absoluto.
Báez castigó bien de derecha, sobre todo cuando fue hacia adelante e impactó cómodo, así lograba que sus tiros hicieran más daño, y cerró muy sólido su juego de saque para llevarse el primer set por 6-3 en 42 minutos,
En los números tuvo una eficacia del 89 por ciento de los puntos ganados cada vez que conectó el primer servicio, eso le permitió jugar más suelto, sin presión.
En el segundo set Thiem comenzó más agresivo y el mérito de Báez fue defender muy bien, así obligó al austríaco a tirar más de un winner y lo hizo equivocarse seguido para ponerse rápido 1-0 arriba con otro quiebre de servicio.
La solidez de Báez le permitió además mantener calmado al público que apoyaba a campeón del US Open 2020, y pasó a dominar por completo el escenario cuando se adelantó 4-1 con otro quiebre de servicio.
Báez siguió castigando de derecha y muy bien plantado en la cancha cerró el set por un elocuente 6-1 para desatar el festejo.
Si bien el argentino en el segundo set bajó su eficacia al 79 por ciento de los puntos ganados con su primer servicio (igual siguió siendo alta) y además fue clave la devolución porque impidió cualquier reacción de un tenista acostumbrado a las finales como Thiem, que ganó 17 títulos en su carrera, incluidos el mencionado US Open, el Masters 1000 de Indian Wells en 2019 y dos veces el Argentina Open, en 2016 y 2018.
El abierto de Kitzbuhel, que repartió premios por 630.705 euros y completó la gira europea sobre polvo de ladrillo, comenzó a jugarse en 1968 y a lo largo de su historia tuvo a otros siete campeones argentinos, a los que se añadió Báez.
El notable Guillermo Vilas se coronó campeón en las ediciones de 1977, 1980, 1982 y 1983; mientras que Horacio de la Peña lo hizo en 1990; Guillermo Coria en 2003; Gastón Gaudio en 2005; Agustín Calleri en 2006; Juan Mónaco en 2007 y Juan Martín Del Potro en 2008.