Desde el sector aguardan si el Gobierno nacional incrementa un impuesto que está congelado desde noviembre. ¿Otro golpe al bolsillo?
¿Otro golpe al bolsillo? En los últimos días los rosarinos comenzaron otra vez a preocuparse ante la posibilidad de un nuevo aumento en el precio de los combustibles después del 1º de febrero. Esto se debe a que el gobierno nacional evalúa la opción de incrementar un impuesto que se encuentra congelado desde noviembre. La incertidumbre económica se suma a las preocupaciones por la creciente inflación que erosionan los ingresos de los ciudadanos.
La Cámara de Estaciones de Servicios, Garages y Afines de Rosario (Cesgar) ha manifestado que, hasta el momento, tienen la misma información que los medios locales. Daniel Giribone, uno de sus representantes, señaló que no tienen confirmación sobre la posible medida, aunque han escuchado varios rumores al respecto. La suspensión del impuesto a los combustibles, vigente desde noviembre, está programada para concluir este jueves, y queda en el aire si el gobierno decidirá o no extender el congelamiento, lo que podría resultar en un aumento en el precio de la nafta.
Giribone expresó su incertidumbre sobre «el posible porcentaje de aumento» y destacó que el sector se mantiene «en espera de las decisiones gubernamentales». El impuesto a los combustibles, establecido por la ley 23.966 en 1998, tiene como objetivo financiar fondos para viviendas e infraestructura en todo el país. Los montos fijos de los impuestos se ajustan cada tres meses según la variación del Índice de Precios al Consumidor del Indec.
Desde Cesgar advierten que un eventual aumento impactará negativamente en el consumo, especialmente durante una temporada ya de por sí baja, como enero y febrero. Los continuos incrementos se suman a una tendencia a la baja en el consumo a nivel nacional, que oscila entre un 15 y un 20%. Por el momento, las pizarras de las estaciones de servicio permanecerán sin cambios hasta que la AFIP emita una resolución definitiva.
Qué debe definir el Gobierno
El Gobierno deberá definir si aumenta el Impuesto al Combustible Líquido (ICL) y al Dióxido de Carbono (IDC), que había postergado la administración anterior durante 10 trimestres consecutivos, desde julio de 2021.
La última prórroga fue dispuesta en noviembre del año pasado por el ex ministro de Economía, Sergio Massa.
Tras el último aumento del 27% en los combustibles el pasado 3 de enero, se espera que la actualización impacte de manera directa en los precios de los surtidores.
El Gobierno evaluaba cómo compensar la pérdida de recursos después de retirar el capítulo fiscal de la Ley Ómnibus, por la resistencia de las Provincias a apoyar la suba de retenciones, y la marcha atrás con el proyecto para reinstalar el Impuesto a las Ganancias.
En este marco, en medio del debate parlamentario, se analizaban las distintas variantes para la actualización del tributo que grava los combustibles, congelado desde mediados de 2021.
El desafío para Ministerio de Economía, con Luis Caputo a la cabeza, y la Secretaría de Energía es encontrar el punto de equilibrio entre el impacto en la inflación y el efecto en la recaudación, ambos directamente proporcionales. Es que, mientras mayor sea la actualización, el impacto en la inflación se sentirá con más fuerza, pero también habrá mayor recaudación. De la primera, el Gobierno busca un número mucho menor; de la segunda, elevarla al máximo posible.
El impacto final en el surtidor dependerá entonces de ese equilibrio. Los cálculos privados difieren sobre hasta dónde podría llegar el incremento en caso de que se apunte a corregir el atraso impositivo que se viene arrastrando desde hace más de dos años.
«De aplicarse el aumento del ICL y el IDC, diferido por ocho trimestres por el anterior Gobierno, el incremento promedio del precio de los combustibles sería del 11%», estimaron fuentes cercanas a la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la Argentina (CECHA).
Por su parte, Nadin Argañaraz, economista del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), calculó que el incremento debería ser de 25% en el caso que se busque equiparar el tributo a su valor real calculado en base a 2018, cuando se estableció el mecanismo de actualización por inflación. Eso implicaría incrementar $175 por litro.
Asimismo, agregó que en caso de aplicarse ese nivel de ajuste podría significarle a la Nación un incremento en los recursos del «0,37% del PIB» y a las «Provincias por 0,15%».
En ese cálculo se basó también el titular de la Cámara de Empresarios de Combustibles, quien anticipó una suba para esta semana y sostuvo que el atraso del impuesto alcanza 300%, aunque reconoció que todavía no hay una definición oficial sobre la magnitud de la corrección.
Si bien en las petroleras también dan por descontado que a partir del jueves deberán modificar los precios, desestiman que la actualización se produzca de una sola vez tras dos años y medio sin actualización.
Los precios en Rosario
YPF
– Nafta súper: $806
– Nafta Infinia: $969
– Infinia Diésel: $999
– GNC: $400,10
Shell
– Nafta Súper: $822
– Nafta Power: $994
– Evolux Diésel: $882
– Diésel Power: $1.032
Axion
– Nafta súper: $818
– Nafta Quantium: $988
– Diésel: $902
– Quantium Diésel: $1.014
-GNC: $383
Puma
– Nafta súper: $806
– Max Premium: $909
– Puma Diésel: $885
– Ion Diésel: $1.009