Los dos episodios de ola de calor que sufrió Francia en junio y julio de este año provocaron 1.500 muertes adicionales, diez veces menos que los decesos relacionadas con la del verano de 2003, señaló este domingo la ministra de Salud francesa, Agnès Buzyn.
«Registramos 1.500 muertes más respecto al promedio de estos meses, por lo que son diez veces menos que las provocadas por la ola de calor de 2003», afirmó la ministra en declaraciones a los medios France Inter y Franceinfo.
Francia superó en junio su récord histórico de temperatura absoluta desde que hay mediciones, con 46,0 °C, registrados en el sur del país el día 28 de ese mes.
«De estas 1.500 muertes adicionales, casi la mitad eran personas mayores de 75 años, pero también hubo adultos, incluso jóvenes, que resultaron afectados», añadió, haciendo referencia a «una decena de muertes en el ámbito laboral».
La canícula más mortífera en Francia fue la del verano de 2003, con 15.000 muertos vinculados a las temperaturas excesivas.