Por Enrique Genovar
Central ha movido el mercado de pases. No es para menos: se viene un año muy importantes y con mucha tarea para el conjunto de Bauza. Fueron cuatro las incorporaciones que llegaron, varias de ellas con carrera en el exterior, y no se descarta la posibilidad de que uno o dos jugadores más se sumen de cara al reinicio de la Superliga.
El equipo necesitaba reforzar ciertos puestos, y así lo hizo. La llegada de Riaño tiene que ver estrictamente con el adiós (momentáneo) de Marco Ruben, mientras que Agustín Allione arribó a Arroyito ante la posibilidad de emigrar que tiene Pachi Carrizo.
De a poco, el Canalla se va armando. Ahora será tarea de Bauza hacer funcionar la orquesta. El empate ante Belgrano dejó buenas sensaciones con respecto a las dos caras nuevas (Rinaudo y Barrera) pero todavía queda trabajo por hacer.
Con el correr de los días el Patón irá definiendo el sistema táctico. Deberá decidir si mantiene a un solo punta, lo que le permitiría tener un mediocampo fuerte con tres hombres, entre los cuales podrían estar Gil, Ortigoza y Rinaudo, o puede también relegar a uno de los mencionados y liberar a Jarlan Barrera, para que se mueva a espaldas del delantero. Sin embargo, la más reciente incorporación, Claudo Riaño, le da la chance al Patón de mantener el 4-4-2 y seguir apostando por los dos hombres en ataque, juntando al ex Unión con Fernando Zampedri.
Superliga, Supercopa, Copa Libertadores, la Copa de la Superliga y Copa Argentina. Todo eso se le viene a Central en un año plagado de obligaciones y posibilidades. Moverse en el mercado de pases era fundamental. El tiempo dirá, después, si los movimientos fueron los correctos.