La mayoría de los pacientes santafesinos afectados recibieron atención en unidades de terapia intensiva
Santa Fe notificó al Ministerio de Salud de la Nación un total de 36 casos de pacientes infectados por la administración de fentanilo contaminado, convirtiéndose en la provincia más afectada del país por esta grave situación sanitaria vinculada a productos del laboratorio HLB Pharma.
La información fue publicada en el último Boletín Epidemiológico Nacional Nº 756, que detalla que, hasta el viernes pasado, se habían reportado en todo el país 66 casos de infecciones por bacterias detectadas en el lote contaminado del fentanilo producido por la firma HLB Pharma en los Laboratorios Ramallo. De ese total, 54 casos fueron confirmados, mientras que otros 12 continúan en estudio.
La mayoría de los pacientes santafesinos afectados recibieron atención en unidades de terapia intensiva, y el fármaco fue administrado en el marco de tratamientos por otras causas médicas. En muchos de estos casos se identificaron bacterias peligrosas como Klebsiella pneumoniae (MBL) y Ralstonia spp, que provocaron infecciones severas.
Además de Santa Fe, también se confirmaron 18 casos en la provincia de Buenos Aires, mientras que en CABA y Neuquén se investigan otros posibles casos sospechosos. En Rosario, los reportes incluyeron pacientes atendidos en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (HECA).
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) intervino el pasado 7 de mayo luego de que un hospital bonaerense advirtiera un brote de neumonía en terapia intensiva. Todos los pacientes afectados habían recibido el fentanilo del lote 31.202, que luego fue prohibido, retirado del mercado y cuya distribución fue suspendida.
Tras las primeras pruebas de laboratorio, la Anmat comprobó que el fentanilo estaba contaminado y clausuró las actividades de HLB Pharma y Laboratorios Ramallo, además de denunciar penalmente el hecho ante la Justicia Federal, que ya inició una investigación.
Cabe destacar que HLB Pharma, con sede en San Isidro y operaciones en Ramallo, es un proveedor relevante para hospitales públicos y privados de la región, por lo que la preocupación se extiende a numerosos centros de salud que pudieron haber adquirido este anestésico.
Las autoridades sanitarias nacionales y provinciales continúan con los controles y monitoreos en hospitales y clínicas para evitar nuevos casos y garantizar la seguridad de los tratamientos.
