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Sanar y aprender a vivir despeinada: superó el cáncer de mama y hoy cuenta su historia


Hace casi diez años, Ana María Maira recibió una noticia que le cambió la vida. Lo que podría haber sido la peor experiencia, se convirtió en “un camino de sanación”

 

Hace casi diez años, Ana María Maira recibió una noticia que le cambió la vida. Mientras se bañaba, notó algo extraño en uno de sus senos. Al consultar con los profesionales, le informaron que eran nódulos malignos: tenía un cáncer metastásico. Lo que podría haber sido la peor experiencia de su vida, se convirtió en lo que ella llama “un camino de sanación”.

Ana es una mujer de mediana edad, trabaja en el Sindicato de Luz y Fuerza de Rosario y, en 2010, cuando supo del cáncer de mama, ya tenía hijos y estaba separada. Si bien se realizaba los correspondientes controles, la suya fue una detección tardía.

“Un día, mientras me bañaba, me encontré un bulto en el pecho izquierdo. Empecé a maquinar, pero lo menos grave: ‘estoy ovulando, se me inflamaron los ganglios’. Todas cosas para no ver la realidad. Fui al médico, me hicieron una senografía y una ecografía. Tenía cuatro nódulos. Cuando abrieron me tuvieron que sacar el seno izquierdo. Tenía metástasis en los ganglios axilares, me sacaron 13 ganglios. Un grado histológico altísimo”, relató Ana a CLG.

Fue a partir de ese diagnóstico y la operación que comenzaron las sesiones de quimioterapia y rayos. La piel tardó cinco años en recuperarse para poder realizar una reconstrucción mamaria. “Fueron más de quince cirugías, fue un camino muy largo”, expresó la mujer. Pero rápidamente agregó: “La enfermedad fue una gran maestra. Estas enfermedades te vienen a enseñar algo. Cuando no lo entendés, la vida te lo repite”.

Ana hoy es una persona saludable. Al recordar los difíciles momentos que pasó, habla de “sanar» y no de «curar”. “Vos curás una herida, pero sanar es sanar el alma y eso es lo que te hace ver las cosas desde otro lugar”, reflexionó al ser consultada sobre el proceso de sanación que llevó adelante.

“A través de la enfermedad, uno deja de sobrevivir y aprende a vivir, a valorar lo que antes era rutinario: levantarte, tomar sol, disfrutar. Cosas que con la vorágine de la vida se van perdiendo. Estamos perdiendo eso, pero no somos conscientes. Uno se quiere comer la vida, pero la vida abre la boca y te traga de un bocado”, aseguró.

Para sobrellevar todos los procesos internos, físicos y psicológicos que Ana tuvo que pasar en esos años, que hoy ya parecen lejanos, estuvo acompañada por el médico oncólogo Francisco Queralt. “Es un cuidador del alma”, dice sobre él. “También me ayudó muchísimo en la parte psicológica la profesional Ana Luisa De Palma”, añadió.

Además, en la parte humana destacó la incondicionalidad de sus hijos, su familia y su gremio. “Mis compañeros de trabajo estuvieron siempre al pie del cañón. Cuando yo hablo de que Luz y Fuerza es una gran familia, es porque es así”, finalizó.

La vida te despeina

Cabe recordar que cada 19 de octubre se conmemora el Día Mundial de Lucha Contra el Cáncer de Mama. Por eso, tanto en Rosario como en distintos lugares del país y el globo se realizan campañas de prevención y otras actividades vinculadas al tema. En relación al nombre de la conmemoración, Ana María Maira hace una salvedad: “Octubre es un mes de concientización sobre el cáncer de mama, no es el mes de la lucha contra el cáncer de mama. Uno tiene que luchar por y para algo, no en contra. Cuesta más cuando luchás contra algo”.

Cuando se le preguntó qué mensaje le dejaría a otras mujeres que están pasando por una situación como la que a ella le tocó vivir, o a aquellas que no ven las alertas que el cuerpo les está dando, Ana se refirió a la alegoría “vivir despeinada”. “Para quienes pasamos por cáncer de mama, nos viene muy bien porque nos quedamos peladas, perdemos el pelo y es muy fuerte verte pelada, como también lo es verte sin sistema corporal, porque te sacan una o dos lolas y te ves mutilada. Esa alegoría dice que todo lo que te hace feliz te despeina, si te metés al mar te despeinás, si cantás y bailás te despeinás, si hacés el amor te despeinás, si corrés te despeinás. Hay que aprender a vivir despeinada, lo más grave es que te vean despeinada. Ser feliz, vivir y dejar de sobrevivir es lo importante y lo fundamental”, sentenció.

Un conversatorio para reflexionar

En el marco del Día Mundial, el Sindicato de Luz y Fuerza desarrolló este sábado por la mañana un Conversatorio sobre Cáncer de Mama. Sobre la actividad, Ana contó: “Nos juntamos para conversar del cáncer desde otro lugar, para tener herramientas para no llegar a enfermarnos. El cuerpo es el traductor de todo lo que llevamos dentro, el cuerpo habla lo que la boca calla”.

“La prioridad de este conversatorio era contar mi experiencia de vida y el transcurso de un cáncer metastásico, con un diagnóstico horrible y un pronóstico mucho peor. Y ver de qué manera se pudo ir modificando ese pronóstico: sanando el alma”, aseveró.

Finalmente, Maira indicó que “las herramientas que nosotros brindamos, junto a la psicóloga y el oncólogo que estuvieron acompañándome, son para no llegar a la enfermedad, para que no te ponga de rodillas. Ella va dando señales, pero nosotras no las acatamos. Entonces cuando no las acatamos, caemos. La idea es no llegar a ese punto”.