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San Luis: comercios reabrieron sus puertas


Con el control sanitario y social correspondiente, la capital de San Luis reanudó la actividad comercial en el marco de la pandemia

Con la reapertura de comercios, la capital de San Luis comenzó este lunes a desprenderse de un aislamiento de 45 días que logró que no hubiera circulación comunitaria en esa provincia y que los 11 casos positivos de coronavirus obtuvieran su alta médica.

«A la luz del sol y ante los ojos de Dios», según el requerimiento del gobernador Alberto Rodríguez Saá, la flexibilización del aislamiento social, preventivo y obligatorio se hizo notar en las ventanas de las puntanas y los puntanos a partir de las 7 cuando los ruidos del movimiento vehicular volvió a golpetear las persianas.

Así, los comercios levantaron sus persianas algo más tarde que de costumbre a partir de las directivas del comité de crisis que habilitó la actividad entre las 9 y las 17: «Por fin podemos retomar la normalidad, ya que aquí lo único que se suspendió fue la actividad económica, mientras las cuentas siguen corriendo y los atrasos se pagan con interés», se alegró en diálogo con Télam Raúl, metalúrgico de toda la vida que trabaja en una casa de repuestos.

El nuevo horario comercial, de ocho horas corridas, impone desde este lunes cambios rotundos en la vida de una ciudad habituada a regresar al hogar durante el mediodía «para almorzar en familia y volver, luego, por la tarde al trabajo cotidiano, previa siesta reparadora», se lamentó un vendedor de zapatos del microcentro puntano.

De este modo, mientras las puertas de los comercios abrieron este lunes, los vecinos y vecinas de la ciudad salieron a las calles masivamente, pero advertidos de que, ante desbordes o desobediencia, la pena será la de regresar al aislamiento, con multa incluida, para los transgresores, entre los que continúan incluidos los ciudadanos que no respeten la terminación de su DNI para circular en los días asignados.

Por esto, los «impares» no pudieron sumarse al despertar de la ciudad, tampoco los mayores de 60 años, ni las personas con una enfermedad base, así como las embarazadas o aquellos que tenga algún síntoma compatible con coronavirus. Tampoco tienen permitido salir los padres o madres que no tengan con quien dejar a sus hijos o hijas y que, por eso, recibieron una licencia.

Por su parte, los niños y niñas también estuvieron casi ausentes del circuito comercial aunque sí tienen permitidas las salidas recreativas en un radio de 500 metros alrededor de lugar que habitan y en compañía del adulto autorizado.

De esta manera, la ciudad de San Luis vio esta mañana retornar la actividad en comercios minoristas, centros de estética, peluquerías y barberías, con habilitación comercial; por su parte, las profesiones liberales podrán volver a sus oficinas solo los martes y jueves, mientras que las fábricas, industrias y obra privada que quieran sumarse deberán poner a disposición de sus trabajadores una logística de transporte para evitar el uso de los medios públicos.

Así, los nuevos protocolos y requisitos tendientes a mantener el estatus sanitario logrado en San Luis no impidieron que la calle peatonal, Vía Rivadavia, se viera masivamente visitada esta mañana cuando casi el 70 por ciento de sus comercios abrieron las puertas.

Con todo, los compradores se encontraron con custodias en las puertas de los comercios para ordenar la circulación, provisión de alcohol en gel y demarcación en líneas de cajas que acompañó una vigilante presencia policial en las calles.

Los comercios más visitados fueron los polirubros, las grandes tiendas y los oferentes de artículos electrónicos y celulares; las entidades bancarias con largas colas en sus puertas y las galerías comerciales con un discreto transito en sus locales.

Los comerciantes manifestaron su esperanza por la reapertura y pidieron casi en su totalidad el respeto de los protocolos activados por el gobierno de San Luis, convertidos en guardianes de la terminación de DNI, la mayoría de ellos pidió «cuidar lo que hemos logrado» para volver «lo más pronto posible a la actividad económica plena».

Entre los vecinos y vecinas de la ciudad, también se percibió la alegría por la salida del encierro, distendidos, por volver a la casi normalidad: «Yo no tengo miedo del contagio porque en San Luis no hay coronavirus», dijo a Télam una mujer de 55 años aunque se apuró a aclarar que «debemos continuar cuidándonos».

Cortes de transito en arterias viales del micro centro como Pringles y Colon, evitaron la circulación masiva de particulares y dejando pasar solo a los taxis que tienen sus paradas en las cercanías de la plaza principal de San Luis.

Para Luis, un joven chofer de autos de alquiler, «por fin llegó la actividad para mitigar la incertidumbre de los que vivimos de la moneda diaria» y para Amanda, lo grave de la apertura es haber visto el uso de «pocos guantes y gente sin tapabocas que ojalá no nos hagan volver atrás».