Este jueves 7 comenzará en Liniers y llegará hasta Plaza de Mayo bajo el lema “Paz, Pan, Tierra, Techo y Trabajo”
Miles de personas se movilizarán este jueves 7 desde Liniers hasta Plaza de Mayo en el marco de la tradicional marcha por San Cayetano. Bajo el lema “Paz, Pan, Tierra, Techo y Trabajo”, la jornada sumará un fuerte contenido político con reclamos concretos hacia el gobierno de Javier Milei y críticas al ajuste, el acuerdo con el FMI y el desfinanciamiento del Estado.
La convocatoria está impulsada por la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP), junto a sectores de la Iglesia Católica, la CGT, las dos vertientes de la CTA, y distintas organizaciones sociales, estudiantiles, de jubilados, de derechos humanos y feministas como Ni Una Menos. También está prevista la participación de espacios políticos como La Cámpora.
Las columnas partirán desde el cruce de Cuzco y Rivadavia, en Liniers, con una parada intermedia en la plaza de Flores, donde se realizará un homenaje al papa Francisco. El acto central será a las 14 frente a la Casa Rosada, con la lectura de un documento que denuncia el rumbo económico y social del Gobierno.
“La comunidad organizada es la única respuesta frente a un modelo que nos quiere solos y vencidos”, señala la UTEP en su convocatoria. Su referente, Alejandro Gramajo, remarcó el carácter político-social de la marcha, en defensa del trabajo, la dignidad y los derechos conquistados.
Entre los puntos más críticos del documento se destacan:
- El desguace de la economía popular y la estigmatización de sus trabajadores.
- El empobrecimiento de jubilados y pensionados.
- La destrucción del empleo registrado y el cierre de PyMEs.
- El desfinanciamiento de la salud y la educación públicas.
- La entrega de recursos estratégicos mediante el RIGI.
- El endeudamiento con el FMI y su impacto en la soberanía económica.
- Las expresiones de odio, xenofobia y negacionismo que promueve el oficialismo.
La cúpula de la CGT se sumará en el último tramo de la marcha, en Diagonal Sur, como adhesión simbólica a una jornada que combina espiritualidad con compromiso social, y que, en un contexto de crisis profunda, busca volver a poner en agenda el valor del trabajo digno y la justicia social.
