El empresario permanecía en la Clínica Trinidad de Ramos Mejía, a donde ingresó a las 11:40 del martes, luego de estar entre 24 y 48 horas "con indicios de involución incipiente”
El matarife Alberto Samid sufría un cuadro de «trastorno adaptativo, reactivo, ansioso y con indicadores propios de síndrome confusional» de «origen cerebrovascular», y esta mañana continuaba internado.
El empresario permanecía en la Clínica Trinidad de Ramos Mejía, adonde ingresó a las 11:40 del martes, luego de estar entre 24 y 48 horas «con indicios de involución incipiente», según fuentes cercanas al empresario.
Un día antes de su internación, Samid había protagonizado un escándalo en la parrilla Paja Rota, también de Ramos Mejía, donde fue escrachado al ser visto almorzando: dos clientas del lugar lo acusaron de haber violado la prisión domiciliaria.
En 2019, el matarife fue condenado a cuatro años de cárcel por evasión impositiva y asociación ilícita.
Samid comentó que fue a ese restaurante como proveedor del lugar y que unos amigos le convidaron «un poquito de carne».
Pero desde el comercio negaron cualquier vínculo con Samid y la Justicia confirmó que tenía permiso para salidas laborales en ciertos horarios, pero que no incluían «salidas a comer».
Este miércoles, los abogados de Samid presentarían un certificado médico ante el Poder Judicial, que debe resolver sobre el régimen de prisión domiciliaria.
Además del incidente que protagonizó en el local de comidas, el empresario sumó una nueva denuncia penal en su contra.
Es que Jimena de la Torre hizo la presentación como presidenta de la asociación civil Bases Republicanas, una organización vinculada al macrismo que tiene a Federico Pinedo como uno de sus fundadores.
«Samid violó la prisión domiciliaria que le fue concedida por sus problemas de salud. Es consciente que tenía prohibido salir del domicilio que fue fijado, y demostró una vez más el desinterés a las normas vigentes», señaló la denunciante, según publicó el matutino Clarín.
Además, detalló que «es una clara desobediencia a la orden judicial impartida, que está tipificada en el artículo 239 del Código Penal».
Para de la Torre, «es inadmisible que ocurran este tipo de situaciones, porque si la Justicia no interviene, habilita a que otras personas con prisión domiciliaria hagan lo mismo que Samid, y es un peligro para la sociedad».