Opinión

Salud sexual: seguir luchas y derechos


Por la Dra. Morena Arín, médica generalista, militante transfeminista.

Hoy reforzamos el compromiso de promover y trabajar por la conciencia social sobre la salud sexual. Como trabajadores de la salud, esa conciencia se traduce en prácticas concretas en la atención directa a las personas, así como en el diseño y ejecución de políticas públicas.

Los enfoques sobre la salud sexual fueron cambiando en estos años, tanto en la sociedad como en los ámbitos profesionales y de equipos de salud. Siempre trabajé en atención primaria en barrios vulnerados y en el sector público exclusivamente. Por mi formación como médica, inicialmente abordaba el tema de la sexualidad con un enfoque «biomédico preventivo» haciendo foco en los riesgos, miedos, enfermedades, anticoncepción, aborto, PAP, etc.). Mi práctica fue cambiando por y con mis autocuestionamientos y mis propias revoluciones, por la sociedad, las personas que atendí, lxs colegas y los avances en derechos sociales. Fui entendiendo y llevando a la práctica la integralidad y lo interdisciplinario como único modelo posible de alcanzarla.

El encuentro con cada persona individual fue para mí consistentemente la principal fuente de aprendizaje, saber e inspiración. Empecé a preguntar y escuchar sobre el disfrute, a comprender los preconceptos, estereotipos, vergüenzas y expectativas que rodean la sexualidad, e intenté abordar el tema desde su estatus de expresión vital, autoconocimiento, seguridad y descubrimiento. Estos años, nos acompañaron políticas que dinamizaron este camino, como el Programa de Salud Sexual y «reproductiva», la ESI (Educación Sexual Integral), Ley de Matrimonio Igualitario, el parto respetado, ley de Identidad de Género, Ley de Paridad, cupo trans. Argentina era otro país. Había que garantizar el goce de derechos. Tuvimos que desaprender y aprender; construir con otrxs y desde nuevas perspectivas. Si queremos aplicar el concepto de salud sexual en el territorio, debemos hacernos preguntas, que se renuevan permanentemente, preguntarnos hasta incomodarnos con las preguntas que pocas veces tendrán respuestas únicas o rígidas. Debemos incorporar la perspectiva de género transversalmente teniendo en cuenta las desigualdades existentes. Transversalmente para la mejora, el desarrollo y la evaluación de los procesos políticos en todas las etapas y por los actores y actrices que habitualmente aplican las medidas en los territorios. Debemos escuchar cada vez más y mejor, gestionar actividades comunitarias, hablar y escuchar sobre sexualidad, salud, disfrute, miedos… a través de un concepto que se amplia, desde lo biomédico hacia lo vincular, social … desde lo genital y fisiológico hacia lo emocional, afectivo y humano.

Salud sexual en cuanto al deseo de concebir o no, a quién, cuándo y cómo. Salud sexual teniendo en cuenta el deseo de continuar o interrumpir una gestación. Salud sexual proyectando un tipo de nacimiento, un espectro de posibilidades y deseos de lactancia. Salud sexual reconociendo identidades de género, formas de expresarse, prácticas sexuales con mayores o menores riesgos. Salud sexual ejercitando el compromiso de no juzgar. Sintiendo respeto y amor por el propio cuerpo. Cuestionando lo que hegemónicamente se nos imponen sobre la belleza, la seducción, los roles de género. Cuestionarlos para sentirnos más libres, libertad que también se reflejará en la salud sexual.

La salud sexual es un concepto que nos interpela, que nos invita y nos convoca a involucrarnos, cuestionarnos y comprometernos con una realidad que es personal e individual (y por eso debe abordarse desde esa perspectiva, valorando y validando la voz de cada persona consultante) pero al mismo tiempo es social, atravesada por desigualdades, mandatos, injusticias, olvidos.

Este día nos propone seguir ampliando y profundizando el camino, que es de vital importancia dentro del derecho a la salud. Propongo seguir transitando y encontrando nuevas aristas de exploración que nos lleven a nuevas preguntas, seguir conquistando luchas y derechos. Propongo seguir.