Ciertas conductas diarias pueden matar las neuronas o reducir su actividad; lo que hay que saber al respecto
El portal mejorconsalud.com presenta en un artículo los aspectos que favorecen la salud cerebral y detalla algunas conductas que son preferible evadir para prevenir patologías que afecten a esta región del cuerpo. En este sentido, el descanso, la alimentación, la hidratación, así como la oxigenación; son cuestiones que deben considerarse en la cotidianeidad. A continuación, algunas recomendaciones.
Las enfermedades que afectan a la salud cerebral suelen tener su origen en factores genéticos, cuestiones de la edad o algún tipo de traumatismo. No obstante, la práctica continua de algunos hábitos también puede generar daños irreversibles, dado que matan las neuronas o reducen su actividad. Si bien la pérdida de la memoria es un efecto del deterioro cerebral que se sufre con la vejez, existen algunos factores que lo pueden empeorar o acelerar.
Además, los daños suelen producirse de manera gradual y es difícil detectarlos cuando están en sus etapas iniciales. Por esta razón es primordial identificar las costumbres poco saludables y, por supuesto, tomar medidas para evitarlas.
1. Saltarse el desayuno
El desayuno es una de las comidas principales y bajo ninguna circunstancia se debe ignorar. Este desempeña un papel fundamental para el metabolismo del cuerpo y, aunque muchos no lo saben, también es esencial para activar las funciones cerebrales durante la jornada.
La deficiencia de proteínas, vitaminas y demás nutrientes en el desayuno están relacionados con la salud cerebral y la pérdida de la memoria.
Además, la actividad de las neuronas se ve afectada y se genera una sobrecarga que se manifiesta a través de la tensión.
2. Comer azúcar en exceso
Los azúcares refinados están presentes en muchos alimentos de los que incluimos con regularidad en la dieta. Lo que pocos saben es que estos son la causa principal de los trastornos metabólicos y algunas enfermedades cognitivas.
Los niveles altos de azúcar disminuyen la producción de las sustancias químicas del cerebro, las cuales regulan muchas funciones importantes. Su consumo diario es una de las causas de ansiedad, depresión y riesgo de demencia.
3. Fumar
Para nadie es un secreto que los cigarrillos están llenos de sustancias tóxicas que impactan de forma negativa la salud. Su consumo habitual provoca daños a nivel pulmonar y, por si fuera poco, a largo plazo afecta considerablemente las funciones cognitivas.
Tanto los fumadores activos como los pasivos tienen más riesgo de desarrollar problemas de demencia y alzhéimer. Esto se debe a las interrupciones que sufre el flujo sanguíneo, lo cual impide que se dé un correcto proceso de oxigenación celular. Además, fumar reduce la capacidad de concentración y las tareas relacionadas con la memoria.
4. Dormir mal
Una mala calidad de sueño no solo se manifiesta con la falta de energías físicas sino también mentales. Dado que el cuerpo no descansa lo suficiente, el lóbulo frontal no trabaja de manera apropiada y como consecuencia disminuye el pensamiento creativo.
A su vez, aumenta la ansiedad, disminuye la capacidad de controlar las emociones y la habilidad para resolver los problemas cotidianos. La privación del sueño también incrementa los niveles de cortisol, que genera estrés, depresión y otras emociones que afectan la calidad de vida.
5. No hidratarse lo suficiente
La deshidratación es uno de los factores que afecta de forma directa la salud cerebral. Ésta interfiere con los niveles de energía, el estado de ánimo y la habilidad para alcanzar la concentración durante las tareas de la jornada.
Dado que el cerebro está compuesto en su mayoría por agua, la falta de líquido interrumpe procesos esenciales para su óptimo funcionamiento. Por otro lado, la deficiencia afecta la salud circulatoria e impide que se dé un buen proceso de oxigenación cerebral.
6. Exponerse a ambientes contaminados
El cerebro requiere un continuo suministro de oxígeno para brindarnos energías y habilidades cognitivas. Sin embargo, la exposición continua a ambientes contaminados puede interferir en el intercambio de gases y el transporte del oxígeno hacia las células, dando lugar a una disminución en su eficiencia.
De hecho, este factor está relacionado con el aumento de riesgo de problemas cognitivos graves como el alzhéimer y la demencia.
7. Comer en exceso
El consumo excesivo de calorías y grasas no solo tiene un impacto sobre el metabolismo y el peso corporal, sino también en la salud cerebral.
El sobrepeso conduce a enfermedades como la diabetes y los trastornos cardiovasculares, y termina afectando de una u otra forma la eficiencia cerebral. Un consumo moderado de calorías retrasa el proceso de envejecimiento celular y disminuye el riesgo de degeneración cognitiva.
En conclusión, aunque sus efectos no se perciben al instante, lo más conveniente es evitar estos hábitos con el fin de proteger el cerebro. En su lugar, adopta una dieta saludable y balanceada, además de practicar ejercicios mentales y técnicas de relajación.
Fuente: mejorconsalud.com