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Bacterias más peligrosas por culpa del humo del tabaco


La bacteria Staphylococcus aureus resistente a la meticilina, o MRSA por sus siglas en inglés, es una de las tan temidas bacterias resistentes a los antibióticos. Una investigación reciente ha revelado que el humo del tabaco podría empeorar las cosas; en los experimentos se ha comprobado que las bacterias MRSA expuestas a este humo se vuelven más resistentes a las acciones del sistema inmunitario tendentes a matarlas.

Ya se sabe desde hace tiempo que fumar cigarrillos daña a las células inmunitarias y respiratorias humanas, pero ahora además, tal como ha comprobado el equipo internacional de la Dra. Laura E. Crotty Alexander, de la Universidad de California en San Diego, Estados Unidos, resulta que ese humo puede también ejercer contra la MRSA y seguramente otras bacterias peligrosas una presión ambiental que fomenta en ellas la aparición de individuos resistentes al humo del tabaco. El problema es que esa resistencia a tal humo les sirve también para soportar mejor los ataques del sistema inmunitario, por lo que el efecto final del tabaco es fortalecer aún más a esas bacterias ya de por sí peligrosas.

Crotty Alexander es especialista en pulmón, y comprueba los efectos pulmonares del tabaco en muchos pacientes fumadores. También inspecciona muchas infecciones por MRSA, y eso la hizo preguntarse si un problema podría influir en el otro. Para poner a prueba su hipótesis, Crotty Alexander y sus colaboradores infectaron macrófagos, células inmunitarias que “tragan y devoran” patógenos, con MRSA. Algunas de las bacterias fueron cultivadas normalmente y otras lo fueron con un extracto de humo de cigarrillo. Encontraron que a los macrófagos les costaba más matar a las MRSA que habían estado expuestas al citado extracto.

 

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Cultivo de bacterias MRSA en laboratorio. (Foto: James Gathany / CDC / Melissa Dankel)

Para entender mejor la razón, el equipo de Crotty Alexander probó la susceptibilidad de las bacterias ante mecanismos individuales que los macrófagos emplean normalmente para matarlas. Una vez dentro de los macrófagos, las MRSA expuestas al humo eran más resistentes a morir por el conjunto de sustancias conocidas como especies reactivas del oxígeno, el estallido químico que los macrófagos usan para destruir los microbios que engullen. El equipo descubrió también que las MRSA expuestas al humo eran más resistentes a morir por péptidos antimicrobianos, pequeños trozos de proteína que utiliza el sistema inmunitario para agujerear las células bacterianas. El efecto de resistencia dependía de la dosis, es decir, cuanto más extracto de humo habían aplicado a las MRSA, más resistente se volvía la población bacteriana superviviente de este grupo.

Las MRSA tratadas con humo de tabaco eran asimismo más eficientes a la hora de adherirse a células humanas cultivadas en el laboratorio, y también para invadirlas. En un modelo de ratón, las MRSA expuestas a este humo sobrevivieron mejor y causaron neumonía con una tasa de mortalidad superior.