Un informe advierte que el repunte del poder adquisitivo se explica sobre todo por el empleo no registrado, con riesgo de profundizar la desigualdad en el mercado laboral
La economía argentina mostró un dato que, a primera vista, parece alentador: entre junio de 2024 y junio de 2025 los salarios crecieron por encima de la inflación. Sin embargo, detrás de esa mejora se esconde un problema estructural.
Según un informe del Centro de Estudios Colectiva, basado en estadísticas del Indec, el Índice de Salarios acumuló en ese período una suba del 4,21% frente al 2,95% del IPC. De los 13 meses analizados, en 12 el poder adquisitivo superó al costo de vida.
El contraste surge al mirar quiénes explican esa mejora: el sector privado no registrado, es decir, empleos informales que no cuentan con aportes, derechos laborales ni estabilidad. En tanto, los sueldos del sector privado registrado apenas lograron ganarle a la inflación y los del sector público quedaron más atrás.
“El aumento del poder adquisitivo de los trabajadores es real, pero lo que hay que preguntarse es qué tipo de trabajos están explicando esa mejora”, subraya el informe.
La investigación también recuerda que esta dinámica no es nueva: desde 2017 se repitió en 37 ocasiones y en lo que va de la gestión de Javier Milei ya se acumulan 14 meses consecutivos en los que la precarización sostiene las estadísticas positivas.
El panorama abre interrogantes sobre la calidad del empleo que está creciendo en Argentina: más trabajadores con ingresos que alcanzan para consumir, pero menos protegidos y con mayores niveles de inestabilidad.
