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Sala, «un pibe excepcional y muy querido» en Santa Fe


CLG dialogó con Darío 'Pichi' Cinquini, presidente de Juventud Guadalupe, club local donde el delantero jugó tres años. "Pasar de la felicidad a esto, que no se sabe qué es, es una injusticia enorme", declaró.

Por Ariana Operti

Emiliano Sala nació en Cuculú y de chico fue a vivir a Progreso, dos pequeñas localidades de la provincia de Santa Fe. Sus ganas por crecer futbolísticamente, y sus dotes hicieron que fuera captado por el Proyecto Crecer, un centro de formación de San Francisco, Córdoba. De esa manera llegó a San Jorge, al club Juventud Guadalupe donde estuvo tres años. La noticia de la desaparición del avión en que viajaba el jugador generó en la ciudad y en quienes lo conocían una angustia tremenda, pero también una cuota de esperanza.

CLG dialogó con Darío ‘Pichi’ Cinquini, presidente del Guada, como se conoce a la institución santafesina, quien relató cómo fue el paso de Emiliano por San Jorge y sus sensaciones por lo ocurrido.

Sala llegó en 2008 y jugó hasta 2010, cuando le surgió la posibilidad de irse a Francia a sumarse al Bordeaux. Vivía en una casa junto a otros 12 jugadores. Con sólo 18 años jugó una final y, en el momento en que lo llamaron de Europa, era el goleador de la Liga San Martín junto a Nicolás Silva.

«Acá dejó una huella grandísima porque tenía una meta puesta en esto. Renegaba mucho de su físico porque había pegado un estirón grande y al principio tuvo algunas lesiones. Pero todo lo suplía con el entusiasmo y las ganas que le ponía siempre. Era el primero que llegaba a entrenar y el último que se iba. Aconsejaba a los chicos los cuidados para jugar al fútbol», contó Cinquini.

«De acá se fue con un termo y un mate, sin saber el idioma. Es un pibe excepcional, siempre piensa en los demás», lo describió.

‘Pichi’ se comunicó con Emiliano el sábado pasado para transmitirle la noticia de que había fallecido un masajista, ‘Coca’, donde él iba a comer todos los jueves «sus famosas milanesas».

«Ese fue el día que firmó el contrato y estaba contento por lo que le iba a pasar a Guadalupe, lo que le iba a pasar a Progreso. Por cada uno de los clubes por los que pasó, nosotros íbamos a tener una recompensa. ‘Esta es la manera que tengo yo de ayudarlos, irme cada vez más arriba’, me dijo. Él siempre pensando en los demás», expresó.

«La amargura es gigante. Uno siempre trata de acompañar a los chicos. Acá tenemos como premisa formar jugadores y personas, antes que ganar campeonatos. Tenemos la tranquilidad de que hicimos todo lo posible en su momento para acompañarlo, y que él llegó a lograr su meta porque pasó por todos los escalones», manifestó ‘Pichi’.

Cinquini recordó que el lunes tuvo una charla con un ex preparador físico de Emiliano que se encuentra en Francia, y sus palabras son las que más esperanza le dan: «Si logró agarrarse de una rama, una piedra, o de algo, seguro lo vamos a tener vivo». Esas palabras fueron en referencia a cómo trabajó y jugó Sala: con garra, ganas y sin dar una pelota por perdida.

«Esto se lo ganó metiéndole, y sin perder la humildad que es necesaria para lograr estas cosas. Es un tipazo», aseguró.

Cada hora, ‘Pichi’ se comunica con Marcelo Vada, padre de Valentín, jugador de San Jorge que se encuentra en Bourdeax, y gran amigo de Emiliano. «Allá es increíble lo que se vive. Jugadores como ellos que se hicieron ahí, de abajo, tienen esa manera de juntar gente y ser queridos. Tiene muchos amigos Emiliano allá, y en Nantes es como un ídolo», comentó el dirigente.

«Parece una película. Pasar de esa felicidad a esto, que no se sabe qué es, es una injusticia. La verdad que se merecía coronar un montón de cosas. Pero siempre hay esperanzas, aunque pasen las horas», agregó.