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Rutas 34 y 11: los corredores más peligrosos de Santa Fe concentran más de 60 muertes en un año


La mayoría de los accidentes involucran a menores de 50 años

La inseguridad vial en las rutas santafesinas sigue arrojando cifras preocupantes. Un informe reciente del Observatorio de la Agencia Provincial de Seguridad Vial revela que durante 2023 se registraron 47 siniestros viales fatales en los tramos provinciales de las rutas nacionales 34 y 11, con un saldo trágico de 60 personas fallecidas, en su mayoría jóvenes menores de 50 años.

Con casi mil kilómetros de extensión combinada, estos corredores se han transformado en zonas críticas para la seguridad vial. Según el estudio, la ruta 34 presenta un índice de ocho muertes cada cien kilómetros, mientras que en la 11 se contabilizan cinco víctimas fatales cada cien kilómetros.

El análisis geográfico del informe deja al descubierto los sectores más peligrosos. En la ruta 34, el tramo central concentra seis de cada diez siniestros, con localidades como Ybarlucea, Rafaela y Lehmann entre las más afectadas. En el caso de la ruta 11, los accidentes fatales se focalizan en el centro-norte, con hechos graves ocurridos en Oliveros, La Criolla y Las Garzas.

Las estadísticas también ponen de manifiesto que el perfil de las víctimas es mayormente gente joven. Casi la mitad de los fallecidos tenía entre 20 y 40 años, y muchos de ellos circulaban en autos o motocicletas. En la ruta 34, por ejemplo, 16 personas murieron en colisiones contra camiones. La mayoría de los siniestros ocurrieron durante la noche, un factor que incrementa la peligrosidad.

Por su parte, en la ruta 11 los siniestros fatales se produjeron principalmente de día, y las motos estuvieron involucradas en gran parte de los casos. También aquí, los choques contra autos y vehículos de gran porte son una constante que multiplica los riesgos.

Urge transformar el mapa vial

Más allá de los números, cada uno de estos hechos representa una historia de vida interrumpida y una comunidad que queda marcada por el dolor. Las rutas 34 y 11 son ejes logísticos esenciales, pero también escenarios recurrentes de tragedia.

Los datos del informe confirman la necesidad de intervenciones urgentes y coordinadas para reducir la siniestralidad y mejorar la infraestructura, la señalización, el control y la educación vial. Transformar estos corredores en caminos seguros no es solo una deuda pendiente: es una obligación para evitar que más vidas se pierdan en el asfalto.