El meteorólogo Luis Blotta Stengel explicó en diálogo con CLG por qué no se desarrollaron las tormentas anunciadas y describió el panorama para los próximos meses
La quema de pastizales en las islas entrerrianas ubicadas frente a Rosario y el humo que estas generan, las altas temperaturas cargadas de humedad que se vieron en los últimos días y la difícil situación que también atraviesa el sector agropecuario hacen que todos los rosarinos se pregunten lo mismo: ¿cuándo va a llover? El meteorólogo Luis Blotta Stengel habló con CLG para despejar esta y otras dudas, después de una semana donde se anunciaron fuertes tormentas para la ciudad que finalmente no llegaron. Detrás de la enorme sequía se esconde un fenómeno regional que incluso se agravará en el verano.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) pronosticó el pasado martes y también el miércoles intensas lluvias para el sur santafesino y otras áreas del litoral del país, algo que era bien recibido ante la dramática situación que se vive por los incendios en el Delta del Paraná. Pero la tormenta sólo pasó por la provincia de Buenos Aires y gambeteó a Rosario y las localidades cercanas. Así lo explicó Blotta: «Desde el primer momento el sur santafesino era marginal a la situación de tiempo severo, dado que este estaba depositado en el centro-sur de Buenos Aires y en el Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba). Las tormentas esperables estaban unos 200 kilómetros al sur de Rosario. El SMN colocó en el parte a la provincia de Santa Fe porque a veces esos frentes se desvían y ‘atacan’ al sur y centro santafesino, algo que finalmente no ocurrió».
El meteorólogo detalló que faltó uno de los dos elementos claves para que llueva: «En los últimos dos días la temperatura máxima fue de 28 grados y la humedad fue muy alta, por lo que una enorme región muy superior al sur santafesino cargó ‘combustible’ para llover. Sin embargo, faltó el ‘fósforo’, es decir, un frente sólido y fuerte que suba ese aire húmedo hacia la parte alta de la atmósfera, se condense y luego llueva». De esta manera, indicó que la ciudad registró una lluvia que «mojó» los pluviómetros pero que ni siquiera marcó 0,1 milímetro.
Blotta contó que Rosario lleva acumulados 417 milímetros de precipitaciones en el año, una cantidad «muy baja», ya que «tendría que haber llovido más de 700». Ante la consulta de cuándo volverá a llover en la ciudad, indicó que «se visualizan frentes muy débiles, como pasado mañana, donde puede haber una ligerísima llovizna de 0,3 milímetros. Y así toda la semana que viene». No obstante, dijo que «la fábrica de frentes empieza a moverse con la denominada tormenta de Santa Rosa, que si bien no llegó como se esperaba, sí se podrá presentar de forma débil».
Al buscar las razones de la intensa sequía que afecta a la región, Luis comentó que el sur de Sudamérica y Australia están siendo afectados por el enfriamiento anormal de las aguas del Océano Pacífico, lo que hace que no se generen frentes fuertes que desarrollen tormentas, ya que el agua no se evapora: «Actualmente estamos atravesando el fenómeno neutro, que también se presentó el año pasado y no llega a ser tan severo. Pero en vez de mejorar vamos a ir a una situación más desfavorable durante el fin del 2020 y principios de 2021, entrando en una versión débil del fenómeno climático La Niña», aseguró.
El meteorólogo advirtió que el panorama descrito también afecta severamente a la hidrovía del río Paraná, puesto que «en la alta cuenca del río -ubicada en un 80% en territorio brasileño- no llueve y la altura se ha colocado en niveles muy bajos», indicó, y agregó: «Actualmente el río, en vez de mover 12 mil metros cúbicos, sólo está moviendo 3 mil». De todas maneras, afirmó que no habrá desabastecimiento de agua ni tampoco niveles extremos de bajante gracias a la regulación que hacen las represas a través de los convenios entre los países.