Ciudad

Rosario quedó sin servicio de trenes hacia Córdoba y Tucumán: “Es una política deliberada de destrucción”


Mariano Antenore, integrante de la organización Amigos del Riel, dio detalles de la situación actual

La suspensión de los servicios ferroviarios que conectaban Buenos Aires con Córdoba y Tucumán, sumada a la paralización del tramo Rosario–Cañada de Gómez, dejó a Rosario con un solo tren de pasajeros hacia Retiro. Desde el sector ferroviario denuncian desinversión y abandono estatal, en un contexto de creciente aislamiento para la ciudad.

Durante la última semana, Trenes Argentinos suspendió los servicios de larga distancia hacia Córdoba y Tucumán tras el descarrilamiento de una formación en Santiago del Estero, un hecho que volvió a poner en evidencia el deterioro de la red ferroviaria nacional. Según la empresa, las interrupciones obedecen a relevamientos sobre el estado de las vías, aunque no hay fecha confirmada para la restitución del servicio hacia Tucumán, mientras que el tren a Córdoba podría reanudarse este lunes “sin certezas oficiales”.

La situación afecta directamente a Rosario, donde el tren de pasajeros hacia Cañada de Gómez lleva casi un año paralizado, por lo que la ciudad quedó con una única conexión ferroviaria operativa: el servicio a Buenos Aires, que también arrastra demoras, cancelaciones y deficiencias.


“Treinta años de desinversión privada”

En diálogo con Radio UNR, Mariano Antenore, integrante de la organización Amigos del Riel, explicó que el origen del problema es estructural.

“El tren que viene de Tucumán descarriló y demostró de una manera contundente el mal estado de las vías de la línea Mitre. A eso se sumó la suspensión del servicio Rosario–Córdoba por el pésimo estado de preservación de las vías, consecuencia de 30 años de desinversión privada”, señaló.

El especialista detalló que la concesionaria Nuevo Central Argentino (NCA) anunció inspecciones sobre el tendido ferroviario, pero sin plazos definidos ni plan de inversión concreto. “La cuestión se arregla con recursos. Hay que obligar al concesionario de cargas a llevar a cabo las reparaciones, pero tenemos antecedentes preocupantes: el tren a Tucumán ya había tenido que interrumpirse antes por el desmoronamiento de un puente que el privado nunca reparó y que terminó arreglando el Estado”, recordó.


“Una política deliberada de destrucción”

Antenore fue más allá al afirmar que lo que ocurre con los trenes no es un hecho aislado, sino una política de desmantelamiento del sistema ferroviario de pasajeros.

“Si el gobierno nacional no cambia su política en materia de gestión ferroviaria, los trenes de pasajeros van a desaparecer. Está sucediendo de a poco: cuando se dejan de comprar repuestos, cuando no se arreglan las vías, cuando se desfinancia el área. Es como dejar de regar una planta: se termina secando”, advirtió.

Según explicó, en muchos puntos del país los servicios suspendidos nunca volvieron a ponerse en marcha, lo que consolida un escenario de retroceso del sistema.

“Se buscan excusas para interrumpir los recorridos y después no se reponen. Es una política deliberada de destrucción, sea por acción directa o por dejar que las cosas caigan por su propio peso”, concluyó.