Integrantes de organizaciones ambientalistas y universitarias, con sus rostros cubiertos con barbijos, marcharán este miércoles por las calles de Rosario para poner de manifiesto el incremento de enfermedades como cáncer, en las localidades más expuestas a las fumigaciones de herbicidas como el glifosato.
La idea de «personas caminando por las calles con barbijos» busca reflejar una «imagen fuerte y pedagógica» sobre lo que pasa en algunos pueblos del país, dijo a Télam Damián Verzeñassi, médico legista y director del Instituto de Salud Socioambiental de la Facultad de Ciencias Médicas de Rosario.
La «Marcha Nacional de los Barbijos» se desarrollará este miércoles, Día Mundial del Medio Ambiente, desde las 17 en Plaza San Martín (Santa Fe y Dorrego) y desde allí partirán hasta el Parque Nacional a la Bandera, para concluir con la lectura de un documento, detalló a Télam Mauricio Cornaglia, integrante del colectivo Paren de Fumigarnos.
Esta acción será, además, el cierre del primer día del Congreso de Salud Socioambiental, que se extenderá del 5 al 7 de junio, y cuyo foco será «ciencia digna para la salud de la madre tierra», describió Verzeñassi.
El especialista sostuvo que lo que se busca mostrar con estas acciones es el problema que se vive en «36 ciudades de 4 provincias: Entre Ríos, Buenos Ares, Santa Fe y Córdoba».
«Son localidades que tienen en común el incremento de abortos espontáneos, la identificación de diagnósticos de cáncer a edades más tempranas, una prevalencia del hipotiroidismo en sus poblaciones, y que quedaron en el medio de territorios donde se producen transgénicos dependientes de agrotóxicos», indicó el especialista.
En 2015, la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) de la OMS clasificó al glifosato como «probable carcinógeno» humano.
Según Damián Marino, científico del Centro de Investigaciones del Medioambiente (CIM) dependiente de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y Conicet, «en los últimos 10 años entraron más de 1.000 millones de litros de glifosato».
El investigador dijo en declaraciones a la UNLP que «ese número pone a la Argentina en el primer puesto a nivel mundial en la cantidad de uso de plaguicidas por habitante por año (10 litros de plaguicidas por habitante por año)».
El pediatra Medardo Ávila Vazquez, integrante de la Red de Médicos de Pueblos Fumigados, y le señaló a Télam que «en los últimos 20 años aumentó permanentemente la cantidad de agrotóxicos» con los que se fumigan.
Por ser un modelo «que es dañino a la salud y al medio ambiente» llamó a la adopción de un sistema alternativo.
En esa línea, la nutricionista Miryam Gorban, coordinadora de la cátedra libre de Soberanía Alimentaria de la UBA, dijo a Télam que «hay otro modo de cultivar y es el camino de la agroecología», una forma de producir «con elementos propios de la naturaleza» y defender la «biodiversidad ambiental».