Por Fernando Cesaretti para CLG
El 1º de noviembre de 1906 comenzó a prestar servicio regular en Rosario el tranvía eléctrico. Así lo hizo durante 56 años, 3 meses y 12 días. Con el paso del tiempo poderosos intereses enarbolaron en beneficio propio la bandera de una supuesta “modernidad”, a la que adhirió gran parte de la población, y que hirió de muerte al sistema de transporte urbano por riel. El final llegó el 12 de febrero de 1963.
Ese día las autoridades municipales invitaron a viajar en los últimos servicios (como el que vemos por avenida Pellegrini), cobrando como pasaje una contribución para ARLPI. Al mismo tiempo que se apresuraban a enviar cuadrillas a cortar los cables del tendido eléctrico que alimentaba la red tranviaria, para asegurarse que ya ningún coche circularía por las calles de la ciudad.