El líder de Ciudad Futura fue el ganador de las elecciones a concejal, aunque muy cerca quedaron Juan Pedro Aleart (La Libertad Avanza) y Carolina Labayru (Unidos)
La elección de este domingo en Rosario marcó el regreso del peronismo a un triunfo local después de años de derrotas. De la mano de Juan Monteverde, y en alianza con Ciudad Futura bajo el sello Más para Santa Fe, el espacio fue el gran vencedor de la jornada y obtuvo cinco de las trece bancas en juego para el Concejo Municipal. El resultado no sólo significó una victoria electoral, sino también el reposicionamiento de un frente progresista que promete disputar con fuerza el rumbo de la ciudad pensando en 2027.
Monteverde no sólo ratificó su liderazgo tras las Paso, sino que quedó como el candidato más votado de la elección general. Su figura se proyecta ahora con mayor peso dentro del armado opositor, y su bloque sumará un total de siete ediles a partir del 10 de diciembre, lo que lo convierte en un actor clave para el futuro inmediato del Palacio Vasallo.

El segundo dato relevante de la jornada fue el impactante crecimiento de La Libertad Avanza, que con el periodista Juan Pedro Aleart como figura central, logró cuatro bancas y consolida un bloque de seis concejales desde fin de año. Aleart, en su primera experiencia política, capitalizó el envión libertario y se posiciona como referente de un electorado crítico de la clase política tradicional.
El oficialismo, nucleado en Unidos para Cambiar Santa Fe, también mostró capacidad de recuperación. Carolina Labayru, actual funcionaria municipal y candidata respaldada abiertamente por el gobernador Maximiliano Pullaro, logró revertir una mala elección primaria y obtuvo otras cuatro bancas para su espacio. Aunque pierde cuatro ediles respecto de la conformación actual, Unidos se mantiene como el bloque con más ediles, aunque sin mayoría propia para imponer proyectos.
En contraste, quedaron fuera del Concejo figuras históricas como Roberto Sukerman y Lisandro Cavatorta, ambos ligados al peronismo, así como la izquierda que encabezaba Carla Deiana (Frente de Izquierda) y el espacio de Eugenio Malaponte (Somos Vida y Libertad), que no superaron el umbral necesario para acceder a bancas. La fragmentación del voto y la menor cantidad de listas en competencia dejó a muchos afuera, con un reparto más concentrado entre tres grandes fuerzas.

El nuevo Concejo Municipal se dividirá entonces en tercios, con una correlación de fuerzas que plantea nuevos desafíos para la gobernabilidad:
- Más para Santa Fe: 5 nuevas bancas (7 en total)
- La Libertad Avanza: 4 nuevas bancas (6 en total)
- Unidos para Cambiar Santa Fe: 4 nuevas bancas (11 en total)
Si bien Unidos seguirá siendo la fuerza con más concejales, el retroceso en número limita su capacidad de gestión sin buscar consensos.
Pero más allá del resultado, la gran alerta de la jornada volvió a ser el bajo nivel de participación ciudadana: apenas el 50% del padrón rosarino acudió a las urnas, en una nueva señal del desinterés social por las instancias políticas locales. Ni el frío ni el sistema de boleta única alcanzaron para revertir el ausentismo que ya se había hecho sentir en las primarias.

Con un escenario abierto y dinámico, Rosario tendrá desde diciembre un Concejo Municipal donde ningún espacio podrá imponer su agenda sin diálogo. En esa tensión entre tercios, con bloques reforzados y liderazgos emergentes, se jugará el pulso de la política rosarina en los próximos años.
