Se aprobó en el Concejo por iniciativa de la Cátedra del agua y del CeIA de la Facultad de Ciencia Política. Se organizaron charlas para “abarcar la cuestión multidisciplinaria del agua desde el punto de vista de las ciencias naturales y sociales”, contó Aníbal Faccendini a CLG
Por Gina Verona Muzzio
Un 28 de julio de 2010, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) escuchó los reclamos de gran parte del mundo al reconocer el acceso al agua como un derecho humano fundamental. En el marco de ese hecho histórico, Rosario marcó el 8 de julio pasado un hito al declarar el Concejo Municipal “que la última semana de julio de cada año sea la semana del Derecho Humano al Agua y al Saneamiento”.
Así lo explicó a CLG el director de la Cátedra del Agua, Aníbal Faccendini. La Cátedra y el Centro de Estudios Interdisciplinarios del Agua (CeIA) de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales fueron los impulsores del proyecto de ordenanza, que finalmente fue aprobado en el Palacio Vasallo.
“Es un recordatorio y homenaje al famoso 28 de julio de 2010, donde Naciones Unidas declara en una resolución el Derecho Humano al Agua y al Saneamiento”, indicó Faccendini, al tiempo que explicó que el objetivo fue “recordar la cantidad de habitantes de la Tierra que todavía no acceden al agua y al saneamiento, como también sucede en Argentina”.
La ordenanza local es un “hecho inédito en Latinoamérica y Argentina” y para celebrarlo, se realizarán siete encuentros virtuales denominados “Los saberes del agua, que hace Ciencias, Espiritualidades y Artes”. Los mismos comenzarán el 25 de agosto próximo, serán gratuitos y los informes e inscripciones se podrán realizar al mail catedradelagua@yahoo.com.ar.
Sobre el ciclo de charlas, Faccendini comentó: “El agua es un encuentro de saberes culturales, espirituales, artísticos. Se va a abarcar esta cuestión tan multidisciplinaria que es el agua desde el punto de vista de las ciencias básicas naturales y empíricas y las ciencias básicas sociales”.
Se conversará “qué es el agua para el arte, ya sea literatura, pintura, música y también para las espiritualidades, tanto para las tres grandes religiones monoteístas (el cristianismo, el judaísmo y el islamismo), como también el rol que ha cumplido el agua en otras espiritualidades como las de los pueblos originarios o el budismo y otras filosofías, que marcan un camino para ver de forma transversal y holística el agua para tomar conciencia de esta sustancia vital. Es imposible hablar de cambio climático, del ambiente y de la vida si no se habla del agua, porque atraviesa vidas, cuerpos orgánicos”.
Finalmente, Faccendini recordó que el ciclo es “absolutamente gratuito y abierto a toda la ciudadanía de América Latina y Argentina”. “Ya hay alumnos inscriptos de México, de Brasil, de Uruguay, de Colombia, de Chile y de lugares de Argentina. Va a ser un hermoso encuentro entre todos y todas para aprender escuchando a los que se han especializado en todas estas especificidades. Y también para que los expertos interactúen aprendiendo con las y los alumnos. Vamos a festejar también la primera semana del Derecho humano al agua, todo un logro de Rosario para América Latina y para el mundo”, cerró.
El agua del Paraná
CLG también consultó al referente de la Cátedra del Agua de la UNR sobre la bajante histórica del río Paraná y las graves consecuencias que tiene en el ecosistema. “Es un tema preocupante, donde hay varias incidencias. Es un tema complejo que debería hacer un llamamiento a un gran proceso de reflexión”, consideró.
“Tiene una causa principal que es la escasez de lluvia, hay una carga pluvial muy deficitaria en el río Paraná, desde el sur de Brasil hasta la Cuenca del Plata. La incidencia que tiene sobre el ecosistema es grave, por la comunidad ictícola de los peces y la afectación en su reproducción. También la afectación para la captación de agua para potabilizarla en las distintas localidades. Y en el flujo económico y agropecuario en la navegación del río. Genera además, una afectación negativa sobre los pescadores artesanales”, analizó Faccendini.
“Tiene una multiplicidad de efectos negativos, que empiezan por el ambiente, siguen por el derecho humano con respecto al acceso al agua y con la actividad económica mencionada, donde también afecta derechos sociales y situaciones económicas con la industria pesquera de la zona”, concluyó.