Eliane Piaggio es especialista en inmunoterapia del cáncer, bioquímica de grado y doctora de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacias de la Univeridad Nacional de Rosario. Actualmente se desempeña como directora del Equipo de Inmunoterapia Traslacional del Instituto Curie de Francia.
Para comprender la tarea que Piaggio realiza es preciso saber que las inmunoterapias estimulan las defensas naturales del cuerpo para que sea capaz de combatir el cáncer, que se origina cuando las células anómalas comienzan a crecer sin control y desplazan a las normales. Los tumores que se forman por este desarrollo no dejan de ser parte del cuerpo de la persona enferma, pero al sistema inmunológico se les dificulta reconocerlos como una agresión.
La investigadora explica lo novedoso de las terapias inmunológicas en el tratamiento de enfermedades oncológicas: “Tradicionalmente el tumor era el blanco del tratamiento, se lo operaba, se lo irradiaba, se lo trataba con quimioterapia, actualmente se busca activar el sistema inmune del paciente para que destruya la células cancerosas”.
Para lograr este objetivo se utilizan diferentes herramientas que están en proceso de investigación, algunas ya en práctica clínica, que permiten despertar al sistema inmunológico para que reconozca al cáncer como una agresión.
Una de estas estrategias que esta siendo estudiada actualmente es la vacuna contra neo-antígenos del tumor, antígenos que se originan a partir de las mutaciones del tumor. Esta vacuna alerta al sistema inmune para que ataque una proteína en particular que está expresada sólo en el tumor, ya que las mutaciones que desarrollan la células cancerosas les otorgan características distintas al resto del organismo.
El sistema inmune puede reconocer bien un virus o una bacteria porque son extraños al organismo pero un tumor es parte del mismo organismo, aunque sea una parte mutada, y el sistema inmunológico no está programado para atacarse a sí mismo, sino habría autoinmunidad.
“En cambio las vacunas contra los neoantígenos están dirigidas a antígenos o proteínas que sólo se encuentran en el tumor, entonces se pueden producir vacunas personalizadas, producidas para atacar un tumor en particular”, explicó Piaggio.
Otra gran revolución es el desarrollo de las CAR-T cells, células T portadoras de un receptor quimérico. Se trata de linfocitos T modificados mediante ingeniería genética de forma tal que puedan reconocer por medio de un anticuerpo a las células cancerosas y destruirlas. Es una terapia genética que se produce por la modificación in vitro de la sangre del mismo paciente. Cuando la sangre se vuelve a inyectar, contiene linfocitos reprogramados para atacar el tumor.
“Estas prácticas están dando resultados extraordinarios en tumores líquidos especialmente en las leucemias, ahora se está estudiando en los tumores sólidos, aunque está en una primer etapa”, profundiza la investigadora.
Otras de las inmunoterapias que han dado buenos resultados son los anticuerpos monoclonales inhibidores de los puntos de control del sistema inmune “immune checkpoints”, que son proteínas producidas en laboratorio que bloquean el mecanismo que usan las células cancerosas para desactivar el sistema inmune del paciente. “Estos anticuerpos ya están en uso clínico y tienen la aprobación de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat)”, amplió la investigadora. El costo del tratamiento y el hecho que se trata de una práctica novedosa aprobada sólo en algunos tipos de cáncer, hace que aún no se haya popularizado.
Asimismo, la especialista resaltó que se comprobó la efectividad de este tipo de terapias solo entre un 20 al 40% de los pacientes con melanomas metastáticos, cáncer de riñón y pulmón tratados con inmunoterapias y agregó que hay que tener precauciones sobre lo que se comunica acerca de estos tratamientos porque pueden generar falsas expectativas.
Los científicos pretenden descubrir los motivos por los que las terapias inmunológicas funcionan en algunos pacientes y en unos tipos de tumores y en otros no. La especialista considera necesario avanzar en estudios que comparen parámetros inmunológicos de los que respondieron y de los que no, para poder evidenciar alguna variable que permita predecir quien va a responder favorablemente al tratamiento.
De la UNR a París
La investigadora rosarina relata que en un primer momento se sintió intimidada por la idea de ir a un centro internacional de esas características, pero desde que comenzó a desarrollar su tarea se dio cuenta de la excelente formación recibida en la Universidad Nacional de Rosario. “Orgullo total, nunca me sentí disminuida con respecto a la gente formada en Europa”, dijo.
Piaggio considera que si actualmente está investigando en uno de los centros más importantes del mundo es gracias a la ayuda que recibió de sus docentes argentinos, entre quienes destaca a Oscar Bottasso, Silvia Revelli y Esteban Serra. En su equipo de investigación hay mayoría de estudiantes argentinos, lo que considera una forma de devolver esas oportunidades que ella recibió.
Los investigadores argentinos son muy bien considerados por su colegas extranjeros debido a su formación e ingenio. “Se la tiene que rebuscar para hacer con pocas cosas lo que se pueda y eso lo vuelve ingenioso, aparte tienen buen humor y eso es importante para trabajar”, concluyó.
Fuente: Universidad Nacional de Rosario