Un equipo internacional de científicos descubrió la existencia de una diversidad previamente desconocida de cepas de la plaga de Justiniano, una pandemia que se desarrolló entre los años 541 y 750 en Europa, Asia y África y acabó con el 25 % de la población del Imperio romano.
Una nueva investigación publicada en la revista científica PNAS está dedicada al estudio de la evolución y el impacto de Yersinia pestis, la enterobacteria que causó la peste.
Los investigadores estudiaron 21 sitios arqueológicos con restos humanos en España, Alemania, Austria, Francia y Reino Unido, y pudieron reconstruir 8 nuevos genomas de la bacteria y compararlas con las cepas previamente descubiertas. El hallazgo muestra que existían múltiples cepas de Yersinia pestis que circularon durante los 200 años de la plaga de Justiniano, también conocida como la primera pandemia.
Según la investigación, todos estos genomas pertenecen al mismo linaje, lo que demuestra «una persistencia de la plaga en Europa o en la cuenca del Mediterráneo durante este período, en lugar de reintroducciones múltiples».
«La recuperación de los genomas que abarcan un amplio ámbito geográfico y temporal nos da la oportunidad de evaluar la microdiversidad de Yersinia pestis, presente en Europa durante la primera pandemia», explicó Marcel Keller, uno de los autores del estudio, en un comunicado publicado por el Instituto Max Planck de Ciencias de la Historia Humana.
A pesar de este descubrimiento, los investigadores todavía no saben de dónde provino la enfermedad y no poseen datos suficientes para conocerlo, pero suponen que la bacteria surgió en Asia Central, cientos de años antes de que la epidemia fuera reportada por primera vez en Egipto en el año 541.