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Arte y ciencia

Residencia entre Argentina y Europa que derriba prejuicios entre arte y ciencia


Artistas de cualquier país, con experiencia en los campos del arte digital, las neurociencias y la inteligencia artificial podrán aplicar para participar del Laboratorio Europeo de Inteligencia Artificial, una convocatoria que permitirá al seleccionado permanecer varias semanas en el Ars Electronica Futurelab de Linz (Austria) y en el Muntref Centro de Arte y Ciencia, de la Argentina. 

 

 

El Laboratorio Europeo de Inteligencia Artificial se dedica, a través de diferentes programas, a fomentar la participación creativa de los artistas -y su enorme potencial de proponer nuevas miradas- en la interacción con aquellas temáticas que han alterado de manera radical nuestra vida cotidiana, como la inteligencia artificial y la neurociencia.
Los socios para esta iniciativa son Ars Electrónica, el mayor encuentro mundial de artes electrónicas y digitales, que se celebra cada septiembre en la ciudad austríaca de Linz, y la sede de Muntref Tecnópolis, un espacio que promueve las interacciones de artistas y científicos por medio de proyectos transdisciplinarios que pueden abarcar la música, el ajedrez, las matemáticas, la magia o incluso la gastronomía.
«El trabajo fundamental de la residencia es que el proyecto ganador pueda establecer diálogos múltiples con distintas disciplinas a largo plazo. Normalmente las relaciones de arte y ciencia no son de paridad. Muchas veces los contextos científicos son muy áridos para los artistas y la comunidad científica busca algo que en general no encuentra en el pensamiento artístico. Esta residencia busca que los artistas puedan ingresar al espacio científico y viceversa. Básicamente, busca acercar y liberar prejuicios», explica a Télam el artista Mariano Sardón, coordinador del Muntref Arte y Ciencia, y uno de los ideólogos junto a Ars Electronica de la residencia.
El proyecto busca subvertir las prácticas tradicionales de desarrollo de proyectos artísticos-científicos e invita a hacer foco en los contextos de producción donde puedan surgir sinergias inesperadas, tal como ha realizado anteriormente el Muntref Arte y Ciencia, a través de proyectos desarrollados junto a su principal socio, el Laboratorio de Neurociencia de la Universidad Torcuato Di Tella, que dirige Mariano Sigman.
Para Sardón, «los departamentos de ciencia y arte suelen estar a escasos metros en las universidades, pero a muchos años luz en términos de conocimiento mutuo de temas de interés y percepciones».
– Télam: Uno de los objetivos principales de la residencia es acortar la distancia entre arte y ciencia tanto como sea posible. ¿Qué prejuicios hay que dejar de lados para que se acerquen estos campos?
– Mariano Sardón: Hay que entender que acercar campos significa acercar grupos de personas que tienen formaciones, tradiciones y sistemas de validación completamente diferentes. Pueden buscar cosas parecidas o tener sensibilidades similares y no saberlo, ya que lo hacen a través de determinadas metodologías o técnicas. Muchos artistas a veces se ven involucrados en procesos muy cercanos a los de los científicos pero lo desconocen o piensan que no es parte de su quehacer y no terminan de elaborar grupos de trabajo común. En el acercamiento de esos grupos lo que hay es mucho prejuicio porque simplemente proceden de tradiciones y formaciones diferentes. La residencia va a tratar de funcionar como mediador, de poner en práctica un sistema de relación de grupo, una comunidad que trabaje en la construcción de proyectos en conjunto. El trabajo de la residencia es liberar barreras de prejuicio, empezar a ver cómo se puede encontrar unun territorio en común, intereses que trascienden el arte y la ciencia.
– T: ¿Hay algún límite de edad o de disciplina para la convocatoria?
– M.S.: La residencia está destinada a artistas, científicos, diseñadores, músicos con proyectos que impliquen neurociencia, inteligencia artificial y arte en un sentido muy amplio. Buscamos a alguien que esté dispuesto a interactuar con diferentes visiones. Deberíamos poder liberarnos de todo tipo de categorías porque en el fondo estamos apuntando a la posibilidad de creación y de generación de sentido, y eso excede cualquier tipo de categoría. Por eso no hay un límite de edad, ni de pertenencia, ni nada en esta convocatoria. Lo que interesa es producir formas de elaboración de conocimiento, de desarrollo creativo y eso incluye tanto las dificultades como los aciertos, en la experiencia de vincular grupos que piensan tan distinto y poseen procedencias tan diversas.
El artista ganador obtendrá una residencia desdoblada entre Tecnópolis y Linz, que incluye una tarifa de 3.000 euros, costos de producción por 5.000, así como un fondo para gastos de alojamiento y viajes.
Los interesados podrá aplicar hasta el 25 de febrero en la web ars.electronica.art/ailab/en y el ganador de la residencia será notificado inmediatamente después de la reunión del jurado a mediados de marzo de 2019.