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Tham Luang

Rescate en Tailandia: lo que nadie dice sobre el aporte israelí


El heroico rescate de los 13 chicos atrapados en una cueva de Tailandia recorrió el mundo y causó una inmensa alegría en cada rincón. Muchos rezaron, otros colaboraron y todo el agradecimiento fue dirigido hacia los rescatistas que desarrollaron las tareas y permitieron que los niños pudieran salir con vida de allí. Pero hubo otro aporte que fue determinante y del que poco y nada se ha dicho: el israelí.

La tecnología estuvo a la orden del día y provino desde Israel: llegaron 17 aparatos llamados Max-Mesh (una especie de walkie talkie), que funcionan con algoritmos especiales y que permitieron conocer la ubicación exacta de los niños, algo que para los tailandeses, diez días después de que los chicos quedaran atrapados, era un misterio.

Al conocerse la noticia que horas después recorrería el mundo dejando en vilo a millones de personas, un equipo israelí con la tecnología Maxitech de la compañía Ness llegó al lugar y logró hacer contacto con la cueva. A partir de ahí, las tareas de rescate comenzaron.

El ingeniero de software de Maxtech, Yuval Zalmanov, abordó un avión hacia Tailandia y, sin ningún tipo de interés político y ni siquiera cobrando por los servicios tecnológicos, formó parte casi fundamental del equipo de rescate y siguió de cerca todas las tareas hasta que los niños lograron salir a la superficie.

Aquel equipo estaba conformado, además, por fuerzas especiales tailandesas y expertos del Reino Unido, China, Australia y Estados Unidos.

La algarabía por el éxito en el rescate fue total. El mundo siguió de cerca todo lo que ocurrió y debe saber que hubo un aporte israelí que simplificó las tareas y hasta brindó el dato más necesitado para que los niños pudieran volver sanos y salvos de aquella experiencia horrorosa.