Mundo

Renace la guerra civil entre el norte y el sur en Yemen


Un grupo de rebeldes declaró la autonomía de algunas provincias del Sur y el hecho fue rechazado por el gobierno de Yemen

 

El gobierno de Yemen rechazó hoy la declaración de autonomía declarada ayer en algunas provincias del Sur por un grupo rebelde apoyado por Emiratos Árabes Unidos, y le pidió a la potencia que hace años bombardea el país para frenar a la milicia insurgente hutí, Arabia Saudita, que tome «medidas decisivas».

Yemen vive lo que algunos analistas han calificado como una guerra civil dentro de otra guerra civil, pero hace años que su territorio también se ha convertido en tablero para un conflicto regional que incluye a potencias del Golfo Pérsico como Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos e Irán.

Además, es uno de los países en los que Estados Unidos continúa peleando la guerra contra el terrorismo que inició George Bush hijo y que continuaron Barack Obama y Donald Trump, principalmente con ataques aéreos con drones contra la rama local de Al Qaeda y, en menor medida, el Estado Islámico.

Anoche, el llamado Consejo Transitorio Sureño (CTS) anunció desde Adén, el principal puerto del país ubicado en la estratégica desembocadura del Mar Rojo hacia el Océano Índico, «la vigencia de un autogobierno en el Sur, a partir de la medianoche del sábado 25 de abril de 2020».

La agencia de noticias DPA informó que hoy Adén amaneció dominada por un gran despliegue de fuerzas separatistas del CTS que lograron tomar los edificios públicos y el puerto, luego de una jornada de masivas protestas contra la crisis de servicios públicos que vive la ciudad tras años de guerra y en medio de una serie de lluvias torrenciales y el temor a un brote importante de coronavirus.

Sin embargo, en paralelo, cinco provincias que cubren gran parte del sur yemení -Abyan, Shabwah, Hadramaut, Mahra y la isla de Socotra- rechazaron hoy la declaración de «autogobierno» del CTS y declararon su lealtad al gobierno internacionalmente reconocido y actualmente en el exilio en Arabia Saudita, de Abdo Rabu Mansur Hadi, según la agencia de noticias local Saba, citada por la rusa Sputnik.

Tanto estas provincias como el gobierno de Hadi calificaron a la declaración de «autogobierno» por los separatistas del Sur como «violación del acuerdo de Riad» de noviembre pasado, cuando el CTS y el gobierno yemení acordaron en la capital saudita una tregua y un acuerdo de poder compartido para frenar una nueva guerra civil Norte-Sur.

El año pasado, ante el fortalecimiento del CTS y las tensiones internas dentro de la coalición de fuerzas pro Hadi, el primero rompió su alianza y se levantó en armas, capitalizando no solo el malestar por la incapacidad del gobierno de hacer recuperar el control del territorio frente a los hutíes -aliados de Irán y fuertes en el Norte-, sino de la corrupción y la mala gestión en el Sur.

El CTS contaba y cuenta con el apoyo político, militar y económico de Emiratos Árabes Unidos y con una historia de división entre Norte y Sur.

Adén fue un protectorado británico desde 1839 hasta 1967, cuando la ciudad portuaria se unió a otras regiones aledañas y fundó la República de Yemen del Sur. Tres años después, este país se convirtió en una república socialista y un satélite de la Unión Soviética.

Yemen se reunificó en 1990, tras la caída de la URSS, pero las tensiones nunca desaparecieron, como demostró la guerra civil en 1994 y sus miles de muertos.

Con estos antecedentes frescos en la mente de todos los yemeníes, el canciller del gobierno de Hadi, Mohamed al Hadrami acusó hoy al CTS de «resumir la insurgencia armada» y pidió a Arabia Saudita tomar «medidas decisivas contra la continuidad de la rebelión del llamado Consejo Transitorio».

Desde 2015, Arabia Saudita creó una coalición regional para legitimar una campaña diaria de bombardeos y un bloqueo total de Yemen, con el objetivo de asfixiar y derrotar al movimiento insurgente chiita y aliado de Irán, los hutíes.

Emiratos Árabes se unió a esta coalición regional, pero con los años fue impulsando su propia agenda y armando a sus propios aliados yemeníes.

Tras cinco años de guerra, bombardeos y bloqueo, la ONU designó a Yemen como la peor crisis humanitaria en el mundo -con más de 100.000 de muertos, millones de desplazados y más del 84% de la población dependiente de ayuda externa- e intenta con poco éxito instalar una tregua estable en el país.

El viernes pasado, Arabia Saudita había anunciado que extendería el cese al fuego en Yemen por dos semanas más. Sin embargo, la declaración de autonomía en el Sur podría hacer peligrar la tregua y las esperanzas de la ONU de utilizarla como base para un acuerdo de paz.