A menos de un mes de cumplirse al acuerdo por el Brexit, los negociadores de la Unión Europea (UE) y Reino Unido intentan de nuevo este martes encontrar una salida al bloqueo en el Parlamento británico al acuerdo de divorcio y alejar así la temida ruptura abrupta.
«Saliendo para una nueva ronda de conversaciones (…) junto al fiscal general británico Geoffrex Cox. Estamos decididos a llegar a un acuerdo», tuiteó este martes el ministro británico para el Brexit, Stephen Barclay.
Barclay y Cox se reúnen en Bruselas con los equipos liderados por el negociador europeo Michel Barnier para lograr las garantías necesarias para que Westminster apoye el acuerdo cerrado con Bruselas.
Este es el objetivo asumido por la primera ministra británica, Theresa May, desde que los diputados británicos rechazaran en enero el acuerdo de divorcio, que los mandatarios de la UE aprobaron en noviembre, por su oposición a la salvaguarda irlandesa.
Este mecanismo, incluido en el Tratado de Divorcio, busca evitar la instalación de una frontera para bienes entre la República de Irlanda y la provincia británica de Irlanda del Norte, así como proteger el acuerdo de paz de Viernes Santo de 1998 que puso a fin a décadas de sangriento conflicto.
Sin embargo, reforzados por los informes de Cox, los diputados británicos temen que a causa de este mecanismo Reino Unido quede atrapado en las redes de un territorio aduanero con la UE que le impida negociar acuerdos comerciales con terceros.
De cara a despejar las dudas de Westminster, el fiscal general podría ser de nuevo clave. Su trabajo se centra en garantizar que la UE no podrá retener «indefinidamente» a Reino Unido en la salvaguarda», aseguró el lunes un portavoz de la oficina de Theresa May.
Pero el tiempo se acaba. Para el 12 de marzo, la premier británica debe presentar de nuevo a su Parlamento el acuerdo de divorcio junto a las eventuales garantías obtenidas de la UE. Si lo rechazan, el 13 de marzo les preguntaría si quieren un Brexit sin acuerdo.
Si los diputados británicos descartan ese día salir de la UE de manera abrupta, deberán pronunciarse el 14 de marzo sobre una propuesta de prórroga «limitada» de la fecha de salida, idea que May acabó poniendo sobre la mesa ante la presión de algunos ministros.