Boris Johnson dijo que la mayoría de los 750 soldados británicos que quedaban en el terreno ya han sido retirados y que todos "regresarán a casa"
El primer ministro Boris Johnson anunció este jueves la retirada de las tropas británicas de Afganistán y declaró tras 20 años, el fin de la misión militar del Reino Unido, pocos días después que la Casa Blanca ratificara que su repliegue total será recién el 11 de septiembre como había sido anunciado originalmente.
En una intervención en el Parlamento, el primer ministro informó que la intervención, que se cobró la vida de 457 soldados británicos, terminaría a pesar de los últimos reportes de que los talibanes están ganando territorio afgano. Dijo que la mayoría de los 750 soldados británicos que quedaban en el terreno ya han sido retirados y que todos «regresarán a casa».
«Hace veinte años, Osama bin Laden y la dirección de Al Qaeda habían convertido a Afganistán en el epicentro del terrorismo global donde, en palabras del autor Ahmed Rashid, ´todo estaba disponible: formación, financiación, comunicaciones e inspiración`”, dijo.
Recordó los ataques con camiones bomba en Nairobi y Dar-es-Salaam en 1998, que mataron a 224 personas, el atentado contra el destructor de la marina estadounidense USS Cole (DDG-67) el 12 de octubre de 2000 mientras se encontraba anclado en el puerto yemení de Adén. En esa acción fallecieron 17 personas.
Y finalmente, los atentados del 11 de septiembre que se cobraron la vida de casi 3.000 personas en Nueva York, Pensilvania y Washington.
Concluyó que hoy «afortunadamente, la situación es muy diferente» y los campos de entrenamiento han sido destruidos. Sostuvo que lo que queda del liderazgo de Al Qaeda ya no reside en Afganistán y no se han realizado ataques terroristas contra objetivos occidentales desde suelo afgano desde 2001, aunque la organización islamista sigue funcionando y atacando, y los talibanes, sus aliados locales, están más fuertes que nunca.
Se estima que más de 160.000 personas murieron por el conflicto armado, más de 100.000 civiles, desde 2001, cuando Estados Unidos con el apoyo de sus socios internacionales invadieron el país, derrocaron al Gobierno talibán y ocuparon militarmente el territorio para garantizar una transición con autoridades aliadas. Veinte años después, los talibanes siguen siendo una de los grupos armados y políticos más fuertes del país.
De esta manera y en contra de la mayoría de los análisis de seguridad internacional, Johnson presentó la intervención militar liderada por Estados Unidos como un éxito.
Además, aclaró que Londres, que envío 150.000 militares a lo largo de los años, siempre tuvo la intención de abandonar lo antes posible el país.
«Ya en 2014, el Reino Unido cesó todas las operaciones de combate y trajo a casa a la gran mayoría de nuestras tropas, reorientando nuestro papel y nuestra participación. Aproximadamente 750 militares permanecieron en Afganistán bajo la misión de la OTAN de entrenar y ayudar a las fuerzas de seguridad del país», argumentó.
Recordó además que el año pasado, Estados Unidos decidió retirar sus tropas de Afganistán, mientras que los talibanes se comprometieron a evitar que “cualquier grupo o individuo, incluida Al Qaeda, utilice el suelo de Afganistán para amenazar la seguridad de Estados Unidos y sus aliados”.
Por otro lado, Johnson destacó que, desde 2002, más de 5 millones de refugiados ya han regresado a Afganistán bajo el programa de repatriación voluntaria de la ONU, y que se lograron limpiar más de 8.4 millones de minas terrestres u otras municiones sin detonar.
Sin embargo, los constantes combates y atentados en este período y su aumento en los últimos tiempos ha forzado a nuevos desplazamientos masivos de afganos, por lo que continúan siendo una de las poblaciones refugiadas más grandes del mundo.