Por José Odisio
La próxima Superliga será un certamen de alto riesgo para Newell’s. Los promedios parece que siguen y la pelea por no descender será un desafío para Frank Kudelka. No se puede fallar, ni dentro ni fuera de la cancha. Y por estos días comienza un partido que vale más que tres puntos: la búsqueda de refuerzos.
Kudelka empieza a diseñar el equipo. Y sabe muy bien que la clave será reforzarse bien. Un dos, un cinco y un nueve son la columna vertebral donde se apoya cualquier equipo. Tres puestos donde deben llegar jugadores de jerarquía, donde no se puede hacer una apuesta. No importa si los nombres que marque el DT seducen o no. Lo fundamental es que él confíe en ellos. Y respondan en cancha. Hacen falta un par de extras más. Un cuatro y otro delantero, tal vez otro volante. Y ahí estará la responsabilidad dirigencial para negociar con éxito y prisa. Aunque la plata por ahora no abunde.
«El fútbol se gana haciendo goles. Y mi propuesta siempre pasará por ahí, por buscar el arco de enfrente». Las palabras de Kudelka son contundentes. Y no hacen más que describir la primera necesidad de Newell’s: un nueve goleador. Hace años que la radiografía del equipo muestra una necesidad de un centrodelantero confiable. En los últimos seis años el único que cumplió en ese puesto fue Nacho Scocco. Las otras apuestas fallaron. Y mal. Pero el DT sabe que sin un atacante con garantía de gol será traumático transitar el torneo. Y ahí habrá que hacer foco.
Si hay algo donde la Lepra pifió en los últimos años fue en la contratación de refuerzos. Si se saca del rubro a los retornos, como Maxi o Formica, el único acierto es Alan Aguerre. El resto fue un fiasco, con algunas excepciones que apenas rasguñaron un aprobado. Esta vez no hay margen de error.