El borrador lo elaboró la diputada santafesina de La Libertad Avanza Romina Diez y anticipa un paquete de medidas que flexibiliza las condiciones laborales
La reforma laboral que impulsa el gobierno de Javier Milei podría modificar de manera profunda la organización del trabajo en Argentina. Aunque el texto definitivo aún no fue presentado, los lineamientos difundidos por funcionarios y el borrador elaborado por la diputada de La Libertad Avanza Romina Diez anticipan un paquete de medidas que flexibiliza las condiciones laborales, modifica reglas históricas de salarios y vacaciones y amplía el margen de decisión de los empleadores.
En la práctica, y según distintos análisis técnicos, estos cambios impactarían de lleno en la vida cotidiana de millones de trabajadores: desde la posibilidad de organizar una salida con amigos hasta la planificación de compras o vacaciones familiares.
Salarios más variables y menos previsibilidad
Uno de los puntos más sensibles es la incorporación de salarios “por mérito”, con aumentos atados a la productividad. Esto desplaza el esquema actual de paritarias y genera un salario base que puede variar según la evaluación del empleador.
Con este sistema, advierten especialistas, los sueldos podrían quedar rezagados frente a la inflación o incluso no registrar incrementos si el rendimiento no cumple los parámetros fijados. Además, los premios por productividad no se sumarían a la base jubilatoria. El resultado: menos previsibilidad para manejar gastos, planificar compras en cuotas o proyectar ahorro.
Jornadas más largas y pérdida de horas extras
Otro cambio clave sería el reemplazo de la jornada fija de 8 horas por un “banco de horas”, que permitiría acumular tiempo trabajado para descansarlo más adelante. En la práctica, esto podría habilitar jornadas de hasta 12 horas sin el pago de horas extras.
Este esquema reduciría tiempos de descanso y horas disponibles para actividades personales, recreativas o familiares. Desde el CEPA advirtieron: “Genera incertidumbre sobre cuál será finalmente la jornada laboral, dificultando la planificación de la vida familiar y social”.
Además, rubros vinculados al ocio —como bares, gimnasios o canchas de fútbol 5— podrían sufrir una caída en la demanda si miles de personas pierden parte de su tiempo libre.
Vacaciones fragmentadas y viajes más difíciles de planificar
El texto trabajado por Diez habilita a las empresas a dividir las vacaciones en distintos tramos, siempre respetando un mínimo de una semana seguida.
Esto afectaría especialmente a quienes tienen mayor antigüedad y disfrutan de períodos más largos, ya que podrían ver impedida la posibilidad de tomar todo el descanso de una sola vez. La consecuencia: menor capacidad de organizar viajes largos, coordinar vacaciones familiares o aprovechar promociones turísticas.
Regreso de los tickets canasta
Otro punto en estudio es el regreso de los tickets canasta, que no serían remunerativos ni aportarían a la seguridad social. Los trabajadores recibirían vales para supermercados o alimentos, que solo podrían usarse en comercios adheridos y para fines específicos. De esta forma, parte del salario quedaría por fuera del recibo y sin libertad de uso.
Digitalización y contratos más flexibles
Entre los trascendidos también figura la digitalización de certificados médicos y documentación laboral, bajo el argumento de evitar licencias falsas.
Además, se analiza ampliar los períodos de prueba y crear modalidades de contratación más flexibles, lo que facilitaría despidos y permitiría vínculos laborales de duración más corta.
Un escenario de fuerte impacto social
Aunque aún no existe un proyecto formal presentado en el Congreso, los trazos gruesos de la reforma anticipan un cambio estructural en la relación entre trabajadores y empleadores.
Si se aprueba, aseguran especialistas, el impacto no será solo económico: afectará el tiempo libre, la vida social, la organización familiar y la posibilidad de proyectar el futuro.
